Por Roberto Ávila Toledo
Abogado y Profesor universitario
Santiago de Chile
Se ha puesto nuevamente en la agenda política el tema de la salida al mar de Bolivia. Esto se repetirá indefinidamente mientras no se le de una solución real al problema.
Como chileno que soy abordare el tema desde la perspectiva de lo que son los intereses de mi patria. Lo primero, es útil y necesario abordar el tema de una buena vez. Señalar que no tenemos cuestiones pendientes con Bolivia es tapar el sol con un dedo. El problema esta ahí, presente, pues por algo no tenemos relaciones diplomáticas con ellos.El tratado de 1904, que fijo los límites actuales, fue firmado sin vicio de la voluntad alguno, y precisamente a petición de las autoridades bolivianas. Nuestros vecinos entendieron que era útil para ellos y tan es así que el Ministro de Relaciones Exteriores fue elegido luego Presidente de Bolivia. El tratado es perfectamente legal y no puede ser alterado unilateralmente, eso esta claro.Nuestra cancillería acuño durante mucho tiempo el erróneo concepto de la “intangibilidad” de los tratados. Esto es incorrecto pues los tratados pueden reformularse e incluso dejarse sin efecto, con la voluntad de todos los que lo suscribieron por cierto, pero se puede.
La supuesta “intangibilidad” sólo contribuye a dejarnos mal en la comunidad internacional pues aparece más como un pretexto que como un argumento.Lo real es que aunque tengamos una posición jurídica inexpugnable, tenemos también un problema político de envergadura con un vecino permanente y eterno. Bolivia argumenta que a raíz de la guerra del Pacífico habrían perdido su mar, esto no es históricamente correcto, pero además resulta irrelevante para las decisiones políticas que los chilenos debemos tomar en beneficio de nuestra patria. Aunque no tuvieran razones históricas, que no las tienen, igual hay que ayudarles a resolver el problema, no porque seamos un ejemplo de generosidad, sino porque nos es útil.
En Bolivia existe cierto resentimiento con Chile, pero no existe odiosidad enceguecida. Ese sentimiento cambiaría con facilidad si solucionáramos el problema de la mediterraneidad que les afecta.
Cuando sufrimos el terremoto del 27-F ellos nos mandaron ayuda inmediata. Los bolivianos no nos odian, podemos ser sus amigos y sus socios.Si entregáramos un corredor, con soberanía, pues de eso se trata, al norte de Arica, a cambio de una compensación de igual y exacta magnitud, Bolivia tendría su salida al mar y nuestras relaciones mejorarían sensiblemente.Se dice que otro tratado nos impide disponer de esos territorios, ese tratado podría discutirse en tribunal internacional. En efecto, un estado no puede limitar su soberanía en un tratado. Esta limitación tiene ilicitud de objeto. Y por último si Perú se opone serán ellos los que enclaustraran a los bolivianos no nosotros y que vayan a un tribunal , como les gusta tanto. Una solución así sería bien vista y aplaudida en toda la comunidad internacional.Las buenas relaciones con Bolivia nos serían especialmente útiles en el plano económico, sin lugar a duda alguna. Un tratado de libre comercio con Bolivia nos sería beneficioso a ambos, pero más a nosotros. Podríamos abrir nuestras universidades y escuelas militares a la juventud boliviana que será luego la elit gobernante. Hoy tenemos cero turismo boliviano eso cambiaría drásticamente. Tendríamos en Bolivia un aliado sólido y permanente. Serían nuestros socios privilegiados. Ellos están creciendo y han logrado estabilidad institucional, ese es el socio que necesitamos.Un corredor al norte de Arica nos privaría de un actual vecino. Eso sería estupendo. En el Perú se anidan rencores y odiosidades en contra de Chile, que atiza su incompetente clase dirigente. No tenemos razones para temer a nadie, pero de los conflictivos mejor lejos.
El principal aliado de nuestra frontera norte sería Bolivia, que duda cabe. Como no va a ser útil tener un socio estratégico en el resguardo de parte de nuestra fronteras.Aún cuando la prosperidad económica de nuestra economía ayuda a disimularlo nuestro gasto militar es enorme. Bolivia crece económicamente ello se reflejará en su gasto militar, lo cual nos arrastrará a nosotros. Para que seguir botando el dinero.Compramos un gas carísimo al otro lado del mundo, ese sin sentido terminaría instantáneamente resolviendo el tema marítimo. Millones de consumidores nos veríamos beneficiados.
Tenemos relaciones diplomáticas con países africanos que ni siquiera podríamos ubicar con facilidad en un mapa y no tenemos relaciones con nuestros vecinos, eso no es lógico, no es útil, no es razonable.Chile crece en todos los planos, unos nos respetan, otros nos temen, pero evidentemente el tema boliviano nos quita simpatías.
Se nos ve como abusadores, aunque no lo somos. Tenemos casi 5 mil kilómetros de costa, cosa poco frecuente en el mundo. A que chileno le afectarían unos cuantos kilómetros al norte de Arica ?, la abrumadora mayoría de los chilenos nunca ha estado ni estará allí jamás. No estamos proponiendo Viña del Mar.
Es útil a Chile que Bolivia tenga salida al mar. Si tarde o temprano llegarán al mar, tomemos la decisión ahora, a la altura de los intereses y la grandeza de nuestra patria
No hay comentarios:
Publicar un comentario