lunes, 28 de junio de 2010

Saber la verdad a tiempo


Fidel Castro Ruz

Cuando escribía cada una de mis Reflexiones anteriores, a medida que una catástrofe para la humanidad se aproximaba aceleradamente, mi mayor preocupación era cumplir el deber elemental de informar a nuestro pueblo.

Hoy estoy más tranquilo que hace 26 días. Como siguen ocurriendo cosas en la corta espera, puedo reiterar y enriquecer la información a la opinión pública nacional e internacional.

Obama se comprometió en asistir el dos de julio al partido de cuartos de final, si su país obtenía la victoria en los octavos de final. Él debiera saber más que nadie, que esos cuartos de final no podrían realizarse ya que antes ocurrirán gravísimos acontecimientos, o al menos debiera saberlo.

El pasado viernes 25 de junio, una agencia internacional de noticias de conocida minuciosidad en los detalles de las informaciones que elabora, publicó las declaraciones del “…comandante de la Armada del cuerpo élite de los Guardianes de la Revolución Islámica, general Ali Fadavi…” -advirtiendo­- “…que si Estados Unidos y sus aliados inspeccionan a los barcos iraníes en aguas internacionales ‘recibirán una respuesta en el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz’”.

La información fue tomada de la agencia local de noticias Mehr, de Irán.

Dicha agencia, según el despacho, comunicó: “Fadavi añadió que ‘la Armada de los Guardianes de la Revolución cuenta actualmente con centenares de embarcaciones dotadas con lanzaderas de misiles’.”

La información elaborada casi a la misma hora de lo publicado en Granma, o tal vez antes, parecía en algunos puntos una copia al carbón de los párrafos de la Reflexión elaborada el jueves 24 de junio y publicada en ese periódico el viernes 25.

La coincidencia se explica por el uso elemental que siempre aplico del razonamiento lógico. Yo no conocía una palabra de lo que publicó la agencia local iraní.

No albergo la menor duda de que tan pronto las naves de guerra de Estados Unidos e Israel ocupen sus puestos ­-junto al resto de las embarcaciones militares norteamericanas ubicadas en las proximidades de las costas iraníes­- e intenten inspeccionar el primer buque mercante de ese país, se desatará una lluvia de proyectiles en una y otra dirección. Será el momento exacto en que se iniciará la terrible guerra. No es posible prever cuántas naves se hundirán ni de qué bandera.

Saber la verdad a tiempo es para nuestro pueblo lo más importante.

No importa que casi todos por natural instinto, podría decirse que el 99,9 por ciento o más de mis compatriotas, conserven la esperanza y coincidan conmigo en el deseo sincero de estar equivocado. He conversado con personas de los círculos más cercanos y a la vez recibido noticias de tantos ciudadanos nobles, abnegados y cumplidores de su deber, que al leer mis Reflexiones no impugnan en lo más mínimo sus consideraciones, asimilan, creen y tragan en seco los razonamientos que expongo, sin embargo, dedican de inmediato su tiempo a cumplir con el trabajo, al que consagran sus energías.

Eso es precisamente lo que deseamos de nuestros compatriotas. Lo peor es que repentinamente se conozcan las noticias de gravísimos acontecimientos, sin haber escuchado antes noticia alguna sobre tales posibilidades, entonces cundirá el desconcierto y el pánico, que sería indigno de un pueblo heroico como el cubano, que estuvo a punto de ser objetivo de un ataque nuclear masivo en octubre de 1962, y no vaciló un instante en cumplir el deber.

En el desempeño de heroicas misiones internacionalistas, combatientes y jefes valientes de nuestras Fuerzas Armadas Revolucionarias estuvieron a punto de ser víctimas de ataques nucleares contra las tropas cubanas que se aproximaban a la frontera sur de Angola, donde las fuerzas racistas sudafricanas habían sido desalojadas tras la batalla de Cuito Cuanavale y se atrincheraban en la frontera con Namibia.

El Pentágono, con el conocimiento del Presidente de Estados Unidos, suministró a los racistas sudafricanos alrededor de 14 armas nucleares a través de Israel, más poderosas que las que fueron lanzadas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, como hemos explicado en otras reflexiones.

No soy profeta ni adivino. Nadie me informó una palabra de lo que iba a ocurrir; todo ha sido fruto de lo que hoy califico como el razonamiento lógico.

No somos novatos ni entrometidos en este complicado tema.

En la poscrisis nuclear, se puede augurar lo que ocurrirá en el resto de América de lengua iberoamericana.

En tales circunstancias, no se podrá hablar de capitalismo o socialismo. Sólo se abrirá una etapa de administración de los bienes y servicios disponibles en esta parte del continente. Inevitablemente seguirán gobernando cada país los que hoy están al frente del gobierno, varios muy cercanos al socialismo y otros llenos de euforia por la apertura de un mercado mundial que hoy se abre para los combustibles, el uranio, el cobre, el litio, el aluminio, el hierro, y otros metales que hoy se envían a los países desarrollados y ricos que desaparecerá repentinamente.

Abundantes alimentos que hoy se exportan a ese mercado mundial también desaparecerán de forma abrupta.

En semejantes circunstancias, los productos más elementales que se requieren para vivir: los alimentos, el agua, los combustibles y los recursos del hemisferio al sur de Estados Unidos, abundan para mantener un poco de civilización, cuyos avances descontrolados han dirigido la humanidad a semejante desastre.

Hay, sin embargo, cosas muy inciertas todavía, ¿podrán abstenerse las dos más poderosas potencias nucleares, Estados Unidos y Rusia, de emplear una contra la otra sus armas nucleares?

Lo que no cabe la menor duda es que desde Europa, las armas nucleares de Gran Bretaña y Francia, aliadas a Estados Unidos e Israel -que impusieron con entusiasmo la resolución que inevitablemente desatará la guerra, y ésta, por las razones explicadas, de inmediato se volverá nuclear-, amenazan el territorio ruso, aunque el país al igual que China ha tratado de evitar en la medida de las fuerzas y las posibilidades de cada una de ellas.

La economía de la superpotencia se derrumbará como castillo de naipes. La sociedad norteamericana es la menos preparada para soportar una catástrofe como la que el imperio ha creado en el propio territorio de donde partió.

Ignoramos cuáles serán los efectos ambientales de las armas nucleares, que inevitablemente estallarán en varias partes de nuestro planeta, y que en la variante menos grave, se van a producir en abundancia.

Aventurar hipótesis sería pura ciencia ficción de mi parte.

Fidel Castro Ruz
Junio 27 de 2010

jueves, 24 de junio de 2010

Socialistas Allendistas rechazan informe de la IS en contra de la Revolución Bolivariana de Venezuela


Los Socialistas Allendistas de Chile rechazamos categoricamente el informe tendencioso, parcial y conservador de la Internacional Socialista (IS) en contra de la República Bolivariana de Venezuela y el proceso dirigido por el Presidente Hugo Chavez.

Lamentamos y rechazamos que el Partido Socialista y el Partido Por la Democracia de Chile se presten para atacar le proceso democrático y socialista de transformaciones que vive ese hermano país con argumentos muy parecidos a los esgrimidos por la derecha y sectores conservadores, argumentos con los cuales se atacó en su oportunidad al proceso de la Unidad Popular encabezado por el Presidente Salvador Allende.

Esteban Silva Cuadra
Dirección Nacional
Socialistas Allendistas de Chile
24 de junio de 2010

viernes, 18 de junio de 2010

Homenaje de los Socialistas Allendistas a José Saramago

Un hombre llamado Saramago

Luis Sepúlveda

“Caín”, la última novela de José Saramago me llego un día de lluvia y el sobre que contenía el libro venía medio desecho, pero la tinta de bolígrafo es por fortuna resistente y la dedicatoria no había sufrido daños. También llovía hace dieciocho años en Bad Homburg, un lugar cercano a Frankfurt donde, cada año, empezaba realmente la Feria del Libro, la mítica Buchmesse, durante una cena ofrecida por Ray-Güde Mertin, nuestra agente literaria. Y en esa tarde de lluvia, mientras todos bebíamos estupendos vinos alemanes, mientras escritores y editores de todo el mundo nos encontrábamos, tocábamos, narrábamos lo que en ese momento nos ocupaba, nadie se percató de que el timbre de la casa no funcionaba.

De pronto, uno de los camareros se acercó a la anfitriona y le susurró: “en la puerta hay un hombre llamado Saramago”. Entonces entró ese hombre flaco acompañado de un ángel llamado Pilar, ese hombre que miraba a los ahí reunidos con ademanes de estar perdido, hasta que reconoció al novelista uruguayo Mario Delgado Aparaín y ambos se fundieron en un abrazo. A partir de ese momento se formó el rincón de los latinoamericanos que tratábamos de responder a las mil preguntas que nos hacía José Saramago, que sabía de nuestros países más que muchos de nosotros mismos.

José Saramago entendía la solidaridad como un hecho consustancial a vivir, nadie se jugó tanto por tantas causas justas y en tan poco tiempo. Los que alguna vez lo invitamos a Chiapas, a los campamentos del Tinduf, a la Araucanía, a cualquier territorio del continente americano donde se precisara, no un mensajito esperanzador carente de médula, sino un discurso fuerte sobre los derechos humanos, la justicia y la dignidad de los pobres, sabíamos que lo más probable es que aceptara, poniendo en juego su propia salud y su precioso tiempo de escritor enorme.

José Saramago llegó a todos los lugares a los que creyó que tenía que llegar. Supo definir mejor que nadie lo que significaba ser un comunista en el confuso siglo XXI: es una cuestión de actitud, dijo, una cuestión de ética frente a los acontecimientos y la historia.

Y ahora llueve también en Asturias cuando la radio me informa del deceso de ese hombre llamado Saramago, cuyo ejemplo es un icono de la decencia social, y autor de libros que permanecerán en la memoria de los siglos.

Será dura y difícil la senda de los preocupados por la ética sin la presencia de José Saramago. Será duro saber que no está cuando precisemos de su voz alentadora en las mil batallas pendientes contra un sistema feroz. Pero sé que una voz en nuestras conciencias, en los momentos de dudas o peligros, nos recordará que con nosotros todavía sigue el ejemplo de ese hombre, de ese hombre llamado Saramago.
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*Luis Sepúlveda es escritor y colaborador de Le Monde Diplomatique. Gijón, 18 de junio de 2010.

lunes, 14 de junio de 2010

La guerra de la Copa del Mundo


Pepe Escobar
Asia Times Online


La legendaria divinidad del fútbol Diego Maradona ha prometido que si Argentina, el equipo que dirige, gana la Copa del Mundial de Sudáfrica que comienza el viernes, recorrerá desnudo el Obelisco en el centro de Buenos Aires. Semejante striptease especial seguramente divertiría a una “comunidad internacional” exhausta que encara las mismas antiguas sanciones contra Irán, los drones en AfPak, las invenciones de Israel, los enfrentamientos en Corea, los colapsos en Europa, el crecimiento de China y el vertido de BP.

Ante todo, dejemos algo en claro. No hablamos de soccer [nombre dado al fútbol en EE.UU.] Es fútbol, como los británicos lo inventaron (aunque los chinos –¿quién iba a ser?– ya pateaban una pelota hace 5.000 años). Y el fútbol, no el soccer, es el máximo narcótico de la gente frenéticamente consumido en todo el mundo. El formidable historiador británico Eric Hobsbawm ha señalado cómo el fútbol muestra el confl icto esencial de la globalización: la relación muy compleja entre el sobre-comercialismo y el profundo apego emocional en lo que se refiere a cada uno de los fanáticos del deporte.

El conflicto existe incluso cuando fanáticos que miran los partidos en el terreno son tratados ahora como simples extras en lo que ahora se ha convertido cada Copa del Mundo: un megaespecial de televisión de un mes de duración con estrellas que son el equivalente futbolístico de megaestrellas de Hollywood. El fútbol es la mayor industria del entretenimiento global –y también un imán para el lavado de dinero-.

¿Cuánto vale el futbolista del mundo del año, Lionel Messi de Argentina? ¿150 millones de dólares, 200 millones, 300 millones? Otros jugadores también son conocidos en todo el mundo: Cristiano Ronaldo de Portugal, Didier Drogba de Costa de Marfil, Wayne Rooney de Inglaterra, (y luego tenemos a los muy lamentados ausentes como Ronaldinho de Brasil –no seleccionado– y el lesionado capitán alemán Michael Ballack).

En todo el creciente mundo en desarrollo, y en toda Europa, el fútbol es el deporte más globalizado porque en el subconsciente colectivo rompió de alguna manera el patrón forjado en EE.UU. –Hollywood, música pop, novelas en la televisión– todo lo que tiene que ver con la cultura de masas. El poder estadounidense no puede satisfacer por sí solo el deseo global de fantasías rituales masivas –jugar por jugar, jugar como una metáfora para la vida misma, jugar como guerra-. En el fútbol, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas –con poder de veto– son realmente Brasil, Italia, Argentina, Alemania y un activo grupo que compite por el quinto lugar, desde Inglaterra y Holanda a España y la Costa de Marfil.

El fútbol permite compasivamente que se reconstruya una noción juguetona de identidad nacional: guerra por otros medios (juguetones). Escuchad el sonido de un millón de vuvuzelas –los instrumentos sudafricanos parecidos a una l arga trompeta que serán un fondo extremadamente audible de los partidos); juegos de guerra es lo que ahora habrá en Sudáfrica-. Pero de un cierto modo sigue existiendo un sentimiento fastidioso, como si a fin de cuentas hubiera sido siempre el mismo maldito vencedor.

Vosotros jugáis, nosotros cobramos

El destacado escritor uruguayo –y fanático del fútbol– Eduardo Galeano, dijo una vez: “La FIFA es el FMI del fútbol”. De manera muy parecida al Fondo Monetario Internacional, la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol es obscenamente rica, extremadamente poderosa y está dirigida como un club hiperexclusivo.

La FIFA se fundó en 1904. Sólo 310 personas trabajan en la sede en Zúrich. Y sólo unos 1.000 trabajan en los asombrosos 208 países miembros (“sólo” 192 naciones son miembros de la ONU, que emplea a más de 40.000). Los 24 miembros del consejo de la FIFA –a los que paga unos 50.000 dólares al mes– pasan su precioso tiempo viajando por el mundo y haciendo tratos con Estados-naciones y corporaciones. De un modo muy similar al FMI, la rotación de personal es mínima. La mayoría de los empleados de la FIFA han ocupado sus puestos durante más de 15 años.

La FIFA es responsable de la comercialización de cada producto vinculado al fútbol profesional, el patrocinio y los derechos de la televisión. Está en el epicentro de un mercado de 250.000 millones de dólares. En 2009, la FIFA ganó 1.000 millones de dólares. Sólo con la Copa del Mundo en Sudáfrica, la FIFA recibió 3.800 millones de dólares.

Como ícono del capitalismo salvaje, la FIFA nunca pierde dinero. Está totalmente asegurada. Para esta Copa del Mundo y la próxima en 2014 en Brasil, eso asciende a 650 millones de dólares. En cuanto a los gobiernos nacionales, esos tratos no son tan ventajosos. El Gobierno sudafricano planificó el gasto de 450 millones de dólares para esta Copa del Mundo. Los costes crecieron a no menos de 6.000 millones; y siguen aumentando. Esto incluye la construcción de nueve estadios nuevos y la reconstrucción de otros cinco. Se espera que el de Durban se convierta en un hito al estilo del museo Guggenheim de Bilbao.

Sin embargo, el muy elogiado tren de alta velocidad de Pretoria a Johannesburgo está retrasado. Sólo se ha abierto un tramo entre el aeropuerto de Johannesburgo y el lujoso vecindario Sandton, la milla cuadrada más acaudalada (sobre todo blanca) en África, donde residirán los cerca de 200 delegados de la FIFA, y su presidente el superburócrata Sepp Blatter, dormirá en las falsas Torres Michelangelo protegido por cinco guardaespaldas, con acceso a un baño en suite al estilo Disney, así como a un mini bar personalizado con el mejor chardonnay sudafricano y con cubos de hielo hechos con agua de Evian.

Cualquier país que desee organizar una Copa del Mundo debe someterse virtualmente a la autoridad de la FIFA, lo que incluye cambios en la legislación nacional. Hace cuatro años, el Parlamento de Sudáfrica atribuyó a la Copa del Mundo el estatus de “evento protegido” regido por una legislación específica. El país organizador debe ceder a la FIFA los derechos para todo, desde la publicidad y el mercadeo hasta el control del perímetro que rodea los estadios (La FIFA es de hecho un Estado soberano en todos los estadios en Sudáfrica). De un modo muy similar al FMI, la FIFA no es un organismo humanitario. Para las corporaciones asociadas, la tarea de la FIFA es abrir mercados, África en el caso actual. A continuación describo un ejemplo de cómo trabaja realmente la FIFA.

Un estadio en Athlone, un suburbio pobre de Ciudad del Cabo de mayoría “de color”, habría podido asegurar numerosos puestos de trabajo en el área y ser el catalizador de un proceso de pavimentación de calles, construcción de nuevas casas y la mejora del transporte público. En su lugar, la FIFA prefirió el estadio Green Point construido entre el mar y la tarjeta postal favorita de Ciudad del Cabo, Table Mountain, a cinco minutos de un centro comercial de lujo y cerca de un campo de golf –y financiado con fondos públicos-.

Un inspector de la FIFA dijo al periódico sudafricano Mail and Guardian que miles de millones de espectadores no desearían ver “chabolas y pobreza” en la televisión. Como si la Copa del Mundo no se estuviera celebrando en un país con casi 40% de desempleo, en el cual la mitad de la población vive con menos de un dólar al día. El semanario alemán Der Spiegel por lo menos puso una parte en perspectiva, con la publicación de un informe especial en el que compara la sed de Europa por jóvenes futbolistas africanos con una nueva trata de esclavos.

Numerosos estudios académicos coinciden en que es más razonable que un país anfitrión de la Copa del Mundo construya lo que necesita en infraestructura que gastar una fortuna en un evento que en última instancia sólo beneficia a los organizadores y a los p atrocinadores corporativos. Los productos autorizados disponibles en el país durante el Mundial son todos importados de China. Cuando la Copa del Mundo haya terminado el 11 de julio, no menos de 150.000 trabajadores en Sudáfrica perderán sus puestos de trabajo.

La identidad de dios

Sin embargo, la mayor parte del mundo no es consciente de todas las distorsiones; el deslumbrante atractivo del fútbol como farándula es demasiado seductor. Además, una Copa del Mundo todavía tiene que ver sobre todo con capas y más capas de intriga bizantina que alimenta la “guerra”; guerra con todos sus comandantes y soldados condecorados, desde el “Rooney asiático” Jong Tae-se, uno de los pocos norcoreanos que hizo sonreír verdaderamente al Querido Líder Kim Jong-il, hasta la ex pareja de Paris Hilton y portada de Vanity Fair Cristiano Ronaldo (“No juego solo y no hago milagros”).

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Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World i s Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Acaba de publicar su nuevo libro Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). (Copyright 2010 Asia Times Online (Holdings) Ltd. All rights reserved. Fuente: http://www.atimes.com/atimes/Global_Economy/LF12Dj02.html rJV

sábado, 5 de junio de 2010

Saludo de los Socialistas Allendistas de Chile al conmemorarse el 98º Aniversario del Partido Comunista de Chile


Compañeras y compañeros del Partido Comunista de Chile

Al conmemorarse el 98 Aniversario del Partido Comunista de Chile, los Socialistas Allendistas saludamos fraternalmente a sus militantes y dirigentes

El partido Comunista ha sido y es una fuerza indispensable de los trabajadores y el pueblo en la defensa de sus derechos y para la lucha por la democracia y el socialismo.

Recientemente, comunistas, socialistas allendistas, cristianos de izquierda e independientes construimos juntos un Programa de gobierno en torno a la candidatura del compañerío Jorge Arrate, el cual adquiere hoy mayor vigencia y proyección.

Juntos debemos construir una alianza superior de la izquierda chilena para desplegar una oposición alternativa y anti capitalista de vocación amplia y unitaria en defensa de los trabajadores y de los más amplios sectores de nuestro pueblo golpeados por el modelo neoliberal y las medidas adoptadas por el gobierno de la derecha.

Juntos debemos sumar fuerzas para una Asamblea Constituyente, el cambio del binominal para construir una nueva hegemonía cultural y política y retomar la senda del socialismo para el Chile del Siglo XXI.

Honor al partido de la lucha obrera, constructor de la unidad socialista comunista y de la Unidad Popular.

Honor partido solidario y leal con la vía chilena al socialismo y con nuestro compañero Presidente Salvador Allende.

Honor al partido de la resistencia y de la rebelión popular en contra de la dictadura.

Honor al partido de Luis Emilio Recabarren, Elías Lafferte, Víctor Jara, Pablo Neruda, Julieta Campusano, Volodia Teitelboim y Gladys Marín.

Fraternalmente,

Carlos Moya
Jorge Lincoleo
Esteban Silva
Dirección Nacional de Los Socialistas Allendistas de Chile.

Santiago, 6 de junio de 2010

jueves, 3 de junio de 2010

El imperio y la guerra


Fidel Castro Ruz

Hace dos días, en breves palabras, señalé que el imperialismo no podía resolver el gravísimo problema del consumo de estupefacientes que azota a la población del mundo. Hoy deseo abordar otro tema a mi juicio de gran trascendencia.

El actual peligro de que Corea del Norte sea atacada por Estados Unidos, a partir del reciente incidente que tuvo lugar en las aguas de ese país, tal vez pueda evitarse si el Presidente de la República Popular China decide utilizar el derecho de veto, prerrogativa que no le gusta en absoluto a ese país ejercer en los acuerdos que se discuten en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Existe un segundo y más grave problema para el cual Estados Unidos no tiene respuesta posible: el conflicto creado en torno a Irán. Es algo que se veía venir claramente desde que el Presidente Barack Obama pronunció su discurso el 4 de junio de 2009 en la Universidad Islámica de Al-Azhar, en El Cairo.

En una Reflexión que escribí entonces, cuatro días más tarde, cuando dispuse de una copia oficial del discurso, utilicé numerosas citas para analizar la importancia del mismo. Señalaré un número de ellas.

"Nos congregamos en un momento de tensión entre Estados Unidos y musulmanes alrededor del mundo..."

"...el colonialismo les negó derechos y oportunidades a muchos musulmanes, ...la Guerra Fría a menudo utilizaba a los países de mayoría musulmana como agentes, sin tener en cuenta sus aspiraciones propias." Impresionaban realmente ese y otros razonamientos en boca de un Presidente afroamericano, que parecían verdades evidentes como las contenidas en la Declaración de Philadelphia el 4 de julio de 1776.

"He venido aquí a buscar un nuevo comienzo para Estados Unidos y musulmanes alrededor del mundo, que se base en intereses mutuos y el respeto mutuo..."

"Como nos dice el Sagrado Corán, ‘tengan conciencia de Dios y digan siempre la verdad.’"

"...es parte de mi responsabilidad como Presidente de Estados Unidos luchar contra los estereotipos negativos del Islam dondequiera que surjan."

Continuó así desgranando temas escabrosos del universo de contradicciones insolubles que envuelven la política de Estados Unidos.

"En medio de la Guerra Fría, Estados Unidos desempeñó un papel en el derrocamiento de un gobierno iraní elegido democráticamente."

"Desde la Revolución Islámica, Irán ha desempeñado un papel en secuestros y actos de violencia contra militares y civiles estadounidenses."

"Los estrechos vínculos de Estados Unidos con Israel son muy conocidos. Este vínculo es inquebrantable."

"Muchos esperan, en campamentos para refugiados en la Ribera Occidental, Gaza y tierras aledañas, una vida de paz y seguridad que nunca han tenido."

Hoy sabemos que sobre la población de Gaza cae con frecuencia una lluvia de fósforo vivo y otros componentes inhumanos y crueles, lanzados sobre la Franja, con furia verdaderamente nazi fascista. No obstante, las afirmaciones de Obama parecían vibrantes y en ocasiones sinceras, en tanto las iba repitiendo una y otra vez, en medio de febril corre corre por el mundo, dondequiera que a su hora programada llegaba el avión número uno de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Ayer 31 de mayo, la comunidad internacional fue conmocionada con el asalto, en aguas internacionales a decenas de millas de la costa de Gaza, de casi un centenar de soldados de las fuerzas especiales de Israel, que descendieron desde helicópteros en horas de la madrugada, disparando frenéticamente contra centenares de pacíficas personas de diversas nacionalidades, causándoles —según informaciones de prensa— no menos de 20 muertos y decenas de heridos. Entre las personas atacadas, que transportaban mercancías para los palestinos sitiados en su propia Patria, había ciudadanos norteamericanos.

Cuando Obama habló en la Universidad Islámica de Al-Azhar del "derrocamiento de un gobierno iraní elegido democráticamente" e inmediatamente añadió que "Desde la Revolución Islámica, Irán ha desempeñado un papel en secuestros y actos de violencia contra militares y civiles...", se refería al movimiento revolucionario promovido por el Ayatollah Ruhollah Jomeini, que desde París, sin una sola arma, aplastó a las Fuerzas Armadas del más poderoso gendarme con que Estados Unidos contaba en el Sur de Asia. Era muy difícil que la más poderosa potencia del mundo resistiera la tentación de instalar allí una de sus bases militares, al Sur de la URSS.

Hace ya más de cinco décadas, Estados Unidos había aplastado otra Revolución absolutamente democrática, cuando derrocó el gobierno iraní de Mohammad Mossadegh. Este fue electo Primer Ministro de Irán el 24 de abril de 1951. El senado aprobó la nacionalización del petróleo, que había sido su bandera de lucha, el 1 de mayo de ese mismo año. "Nuestros largos años de negociaciones con países extranjeros —declaró— no han dado resultado hasta aquí."

Es obvio que se estaba refiriendo a las grandes potencias capitalistas, que controlan la economía mundial. Irán tomó posesión de las instalaciones ante la intransigencia de la British Petroleum, que entonces se llamaba Anglo-Iranian Oil Company.

El país no tenía posibilidades de formar técnicos. Gran Bretaña había retirado su personal calificado, y respondido con bloqueos de piezas y mercados. Envió su flota de guerra en zafarrancho de combate al país. Como resultado, la producción petrolera de Irán disminuyó de 241,4 millones de barriles en 1952, a 10,6 en 1953. En esas favorables condiciones la CIA organizó el golpe de Estado que derrocó a Mossadegh, hasta su muerte que tuvo lugar tres años después. La monarquía fue restablecida y un poderoso aliado de Estados Unidos ascendió al poder en Irán.

Estados Unidos no ha hecho otra cosa con los demás países que no sea eso; desde que se creó esa nación en los suelos más ricos del planeta, no respetó nunca los derechos de los pobladores indígenas que allí vivieron durante milenios y de los negros que fueron importados como esclavos por los colonizadores ingleses.

Estoy seguro, sin embargo, de que millones de norteamericanos inteligentes y honestos comprenden estas verdades.

El Presidente Obama puede pronunciar cientos de discursos, tratando de conciliar contradicciones que son inconciliables en detrimento de la verdad, soñar con la magia de sus frases bien articuladas, mientras hace concesiones a personalidades y grupos carentes totalmente de ética, y dibujar mundos de fantasías que sólo caben en su cabeza y que asesores sin escrúpulo, conociendo las tendencias suyas, siembran en su mente.

Dos preguntas obligadas: ¿podrá Obama disfrutar las emociones de una segunda elección presidencial sin que el Pentágono o el Estado de Israel, que en su comportamiento no acata en nada las decisiones de Estados Unidos, utilicen sus armas nucleares en Irán? ¿Cómo será la vida en nuestro planeta después de eso?

Junio 1 de 2010
11 y 35 a.m.