lunes, 21 de marzo de 2011

Dirigentes de la izquierda chilena envian carta a Barak Obama, presidente de los EEUU


SEÑOR PRESIDENTE OBAMA: Cuando Usted fue electo Presidente de los EE.UU, la nación más influyente y poderosa del mundo, se crearon grandes expectativas. La debilitada paz mundial; las ocupaciones militares y el clima bélico instalado por su predecesor, el señor Bush; las profundas asimetrías entre naciones pobres y naciones económicamente más poderosas; la progresiva y peligrosa contaminación que está provocando el calentamiento global y el cambio climático; la manifiesta descomposición y profunda crisis de un tipo de globalización amparada en un modelo económico de acumulación neoliberal, hicieron pensar que su administración, sobre la base de lo que Usted afirmó durante su campaña presidencial, podrían generar cambios favorables a la Humanidad.

Hoy, con sinceridad, por lo que ocurre en el mundo, creemos que esas expectativas se han desplomado arrasadas por los mismos acontecimientos que afectan a todos los habitantes del planeta. Por otra parte, se creó la ilusión de que Usted iniciaría una era de nuevas relaciones con América Latina, comenzando por desterrar toda forma de injerencia en los asuntos internos de nuestras naciones, como ocurrió en nuestra Patria, Presidente Obama, cuando la intervención de la Administración Norteamericana quebró drástica y dramáticamente la tradición democrática y republicana de Chile, cuando el gobierno popular del Presidente Salvador Allende fue derrocado el 11 de septiembre de 1973. El propio Senado de los Estados Unidos comprobó que la intervención del Estado norteamericano en el golpe en Chile, encabezada por el ex Presidente Richard Nixon y por Henry Kissinger fue de una gran magnitud política, militar y financiera. Las secuelas de ese golpe permanecen hoy en Chile, porque la gran mayoría de las víctimas del terrorismo de estado esperan todavía una justicia que no llega. Más aún, lo que para usted es un "modelo exitoso", no considera que tal modelo se impuso a sangre y fuego, violando la soberanía nacional de Chile e imponiendo una Constitución ilegítima que aún nos rige. Nos preguntamos, si pesan en la conciencia del pueblo y el gobierno norteamericano los centenares de miles de víctimas, de crímenes y torturas, la violación sistemática de los derechos humanos, que provocó la política intervencionista norteamericana en los años 70 y 80 hacia nuestros países. Sólo en el Cono Sur de nuestro continente la llamada “Operación Cóndor”, coordinada y asesorada por servicios secretos de su país significaron la muerte, desaparición y tortura de miles de personas, actos terroristas directos realizados por agentes norteamericanos han quedado impunes y jamás se ha podido procesar y determinar la responsabilidad que en toda esta tragedia americana tuvieron altas autoridades del gobierno norteamericano. Señor Presidente, por lo que ocurrió y ocurre en Chile; por lo que ocurrió en nuestro continente, le demandamos asuma la responsabilidad del estado norteamericano en el golpe realizado contra Chile y que escuche el clamor de los pueblos que exigen poner fin a acciones desestabilizadoras y golpistas como las que derribaron al gobierno constitucional de Honduras; o las que pretenden dividir y desestabilizar al gobierno democrático del Presidente Evo Morales en Bolivia; lo mismo que el creciente hostigamiento y descalificación al gobierno del Presidente de Venezuela Hugo Chávez. Tenga en cuenta señor Presidente las constantes resoluciones de Naciones Unidas que instan a su gobierno a terminar con el bloqueo al pueblo de Cuba. Señor Presidente, las personas verdaderamente civilizadas no pueden sino observar con horror como las intervenciones militares norteamericanas y de naciones que las secundan causan centenares de miles de víctimas civiles; especialmente niños y mujeres en Medio Oriente y el norte de África, intervenciones que se realizan bajo la pretendida finalidad de instalar “democracias occidentales” pero que en realidad no son más que el despojo de los recursos energéticos de esos pueblos. Demandamos el fin a las intervenciones militares norteamericanas y de sus aliados en todo el mundo. No puede ser señor Presidente, que la creciente escasez de petróleo o gas lo lleve a Usted a ordenar intervenciones militares o bombardeos que no discriminan entre civiles y militares o a desconsiderar el sentir de los pueblos, como el nuestro, que no desea la instalación de centrales nucleares en Chile. El recién firmado acuerdo bilateral entre el gobierno de Sebastián Piñera y Washington, sobre energía atómica, a la luz de lo que ocurre en Japón, ha generado una mayoritaria preocupación de la ciudadanía chilena. Rechazamos tal acuerdo por los peligros que conlleva y porque no se ha consultado al pueblo de Chile sobre un tema de tanta trascendencia. En nuestro país no se realizan consultas y las que se realizan no son vinculantes. Avalar con su firma un acuerdo inconsulto, de esta naturaleza y tan trascendente, aparece como una intervención en nuestros asuntos internos. La inaceptable y antidemocrática agresión militar a Libia profundiza en el Norte de África y en el Oriente Medio una crisis cuya única causa radica en la política norteamericana y la de sus aliados en Europa. La guerra de intervención no resuelve los problemas de los estados nacionales y deja en evidencia un tipo de estrategia que busca el control del petróleo y de zonas geográficas importantes a cualquier costo. Demandamos el inmediato cese al fuego, el término de la intervención militar y el diálogo y la diplomacia para enfrentar la crisis que vive Libia Los que firmamos esta carta, en nombre de parte importante de nuestra sociedad, desearíamos que las cosas fueran diferentes, tenemos gran respeto por el pueblo norteamericano, muchos latinos son parte de ese pueblo y tenemos la esperanza que el futuro nos depare un modo distinto de convivencia. En sus pocas horas de visita a Chile, le pedimos que considere estos planteamientos

Firman:
Diputado Guillermo Teillier, Presidente del Partido Comunista de Chile, integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados;
Diputado Lautaro Carmona, Secretario General del PC;
Juan Andrés Lagos, miembro de la Comisión Política del PC;
Diputado Hugo Gutiérrez, Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara.

Víctor Osorio Reyes, Presidente Nacional del Partido Izquierda Cristiana de Chile.
Darío Salas, Secretario General del Partido Izquierda Cristiana de Chile.
Claudio Narea, músico, ex integrante de "Los Prisioneros".
Pedro Felipe Ramírez, ex ministro de Minería y Vivienda del Gobierno de Salvador Allende.
Bernarda Pérez, Primera Vicepresidenta de la Izquierda Cristiana de Chile.
Iván Cabezas, Segundo Vicepresidente de la Izquierda Cristiana de Chile.
Roberto Celedón, abogado.

Esteban Silva , Presidente del Comité Ejecutivo del Partido del Socialismo Allendista;

Carlos Moya, Coordinador de la Comisión Política Partido del Socialismo Allendista;

Gonzalo Taborga, Vice Presidente Comité Ejecutivo Partido del Socialismo Allendista;

Nino Mundaca, Secretario General Federación de Sindicatos CCU. Coordinación Sindical del Partido del Socialismo Allendista.

José Balmes, Premio Nacional de ArtesFernando García, Premio Nacional de Música
Lorena Pizarro, Presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos,
Jaime Gajardo, Presidente Nacional del Colegio de Profesores de Chile,
Oscar Aroca, Secretario General de las Juventudes Comunistas de Chile
Sergio Aguilo, Diputado

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