martes, 27 de septiembre de 2011

Seminario “Experiencias de Alianzas Políticas de Gobiernos de Izquierda y Progresistas de América Latina: los casos de Brasil, Chile y Uruguay”, julio


Secretaría Andino Amazónica – Foro de Sao Paulo

Esteban Silva, expositor de Mesa Chile


Buenas tardes a todas y a todos, yo primero, obviamente, quiero sumarme al momento histórico que está viviendo el Perú en esta semana de Fiestas Patrias. A pocos días de asumir el gobierno encabezado por el presidente Ollanta Humala Tasso con Gana Perú. Al hecho que se encuentre presente, como lo señalaba Javier Diez Canseco, una compañera que asumirá como Ministra la compañera Mocha, Secretaria General del Partido Socialista, miembro de Gana Perú. Una coalición donde hay fuerzas Mariateguistas, de Izquierdas, populares y sociales en una confluencia amplia con fuerzas nacionalistas y democráticas bajo un objetivo de gran transformación.

Yo creo que esto marca un momento histórico, opinión sobre la cual, estoy seguro, represento a todas y a todos los compañeros que venimos de otros países hermanos que compartirnos esta confluencia y este momento histórico que se inicia y por lo tanto en este contexto compartimos este seminario internacional.

Aquí se encuentran viejos y viejas amigos y hermanos de otras fuerzas de la fuerza de Izquierda peruana, del Partido Comunista, Nueva Izquierda. Se encuentra la Presidenta de la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP), hay representantes de fuerzas políticas y sociales con una extensa trayectoria y creo que es muy pertinente por lo mismo esta reflexión poder compartir las experiencias que hemos tenido muchas de ellas tienen una absoluta vigencia, y digo una absoluta vigencia por que como bien lo señalaba Carlos Ominami, en el caso de la particular experiencia de los llamados gobiernos democráticos y progresistas chilenos durante muchos años también formó parte de un debate y de un supuesto modelo, de lo que había que hacer y seguir, sobre el tipo de izquierda supuestamente o de alianza en donde había sectores de izquierdas más moderadas, más sistémicos respecto de otras visiones de izquierda de cambios, mas antisistémica y transformadora y por lo tanto este tema forma parte, también para nosotros, de la necesidad de hacer juntos una reflexión.

No voy a repetir varios de los ejes de reflexión que aquí comparto de este lado con Carlos Ominami, pero también quisiera señalar que los que estamos en la mesa sobre Chile somos el reflejo de lo que estamos hablando, del propio balance político en que culminan los gobiernos de la Concertación luego de 20 años de la post dictadura.

Yo me alegro mucho estar acá con dos amigos y decirles que los tres venimos originalmente de una militancia en el Partido Socialista. El compañero Carlos Parker sigue en el Partido Socialista, el compañero Carlos Ominami y quien les habla nos fuimos del PS y confluimos en otras organizaciones de Izquierda. A propósito de esta reflexión no es solo pasado respecto de los que estamos hablando y haciendo una evaluación, sino que también cómo se concatena aquel con el pasado, presente y futuro. Con las transformaciones y democratizaciones que siguen pendientes en Chile. Sobre la situación chilena yo quiero solo señalar muy telegráficamente, que ella tiene una particularidad que es bueno analizarla justamente para tenerla presente. Es cierto que nosotros hace 40 años intentamos un proceso de transición al socialismo encabezado por el presidente Salvador Allende en un contexto de un mundo muy distinto al de hoy. En un contexto de guerra fría, de desarrollo de fuerzas productivas diferente, etcétera. Proceso que fue golpeado y que terminó a sangre y fuego por un golpe militar el año 1973. El proceso chileno fue, sin lugar a dudas, un proceso sin “ Calco ni copia” como diría José Carlos Mariátegui. Es decir, fue una vía chilena al socialismo inédita o propia con “vino tinto y empanadas” como decía Salvador Allende. El gobierno de la Unidad Popular (UP) intentó una transformación profunda del aparato del Estado y de la producción. Impulsó con firmeza la nacionalización fundamental de la economía y la lucha por la recuperación de la soberanía económica cultural e institucional en un contexto distinto y probablemente bastante más radical en un sentido de raíz que todos los procesos actuales los cuales, en otro contexto distinto, son tan importantes hoy en nuestra América, los que hablan y reivindican el Socialismo del siglo XXI y que encabezan Hugo Chávez, Rafael Correa, Evo Morales, Daniel Ortega y gobiernos socializantes como el del Frente Amplio con Pepe Mujica y el PT con Lula y ahora con Dilma en Brasil.

Entonces, tuvimos esa particularidad primero un proceso de radicalización y avance hacia el socialismo y luego un cruento golpe con una dictadura que probablemente incluso no era un tema de cantidad de violencia política, de detenidos, desaparecidos y ejecutados, etcétera, que fue muy brutal ciertamente incluso la cifra vuelve hacer bastante menor entre comillas, respecto de otras dictaduras en cantidad proporcional como la de Argentina pero que tuvo y golpeó la conciencia mundial por su brutalidad y violencia contra un gobierno que caminaba intentando una vía democrática e inédita al socialismo, la que fue sustituida por una dictadura que impuso una restauración capitalista conservadora radical. La privatización de la economía se profundizó a un extremo y luego de una resistencia creciente y de multitudinarias luchas democráticas y populares anti dictatoriales se abre paso una transición democrática limitada y sesgada; y que probablemente es uno de los orígenes justamente que ha señalado Carlos, porque nosotros no derrotamos a la dictadura en toda la profundidad que se requería para abrirle paso a una transformación democratizadora económica, social, política e institucional profunda, si no que tuvimos una correlación de fuerzas que estableció una transición democrática limitada que se fue consolidando en los últimos 20 años.

Nuestro punto de vista está contenido en un documento, en una reflexión que entiendo se encuentra impreso en la carpeta que yo lo he llamado de manera provocativa “Chile 20 años de “gobiernos progresistas” en Cohabitación Binominal entre comillas en un intento de hacer una reflexión sobre los principales ejes que constituyeron y constituyen el modelo económico chileno que ha sido presentado con un cierto progresismo, con una apertura económica indiscriminada en el mercado mundial con la concepción hasta el día de hoy de un Estado subsidiario. Yo creo que hubo algunas reformas que efectivamente comparto con Carlos, en los orígenes del gobierno del presidente Aiylwin, limitadas por la correlación de fuerzas que había, pero más allá de la evaluación que podamos hacer sobre la autolimitación que eso significó lo cierto es que se legitimó progresivamente un modelo económico neoliberal que hoy día además de tener un sistema electoral binominal que reproduce justamente un pensamiento único de márgenes muy estrechos de diferenciación respecto de los cambios y de las reformas frente a este modelo de acumulación económico imperante y hegemónico en Chile.

Desde el punto de vista electoral lo reproduce el sistema binominal y lo consagra constitucionalmente a través de una constitución que sufrió reformas menores que no afectaron el núcleo central de la constitución pinochetista que consagra un Estado subsidiario, la desnacionalización de la economía y la primacía del capital privado en prácticamente todos los ámbitos. Constitución neoliberal que finalmente lleva hoy día la firma de un presidente democrático, Ricardo Lagos Escobar y que hoy día es visualizada como un obstáculo por los estudiantes de Chile y sectores importantes movilizados que demandamos una educación pública y laica. También cuando los trabajadores de distintos sectores particularmente los trabajadores cupríferos que plantean la necesidad de la renacionalización del cobre, cuando las movilizaciones empiezan a crecer y otro Chile empieza a emerger y que parecía olvidado, derrotado y que parecía que había asumido el pensamiento único, que había un consenso sobre el modelo, que el modelo económico chileno había sido reformado por lógicas supuestamente progresistas moderadas y por lo tanto era perfectamente administrable y solo tenía un cierto margen de dificultad pues en lo central supuestamente la gran mayoría estaba de acuerdo y con márgenes muy menores para la trasformación y la reforma. Hoy ha comenzado a insurgir un Chile que se creía olvidado con un vigor democrático, social, político, cultural y rebelde. En las calles se movilizan dinámica y creativamente nuevas generaciones, son post gobiernos democráticos y establecen una vinculación con la necesidad de cambiar y poner en cuestión el modelo económico dominante y de eso estamos hablando. Se contesta como nunca la especulación de las altas tasas de interés producto que la mayoría de las y los chilenos estamos endeudados intereses absolutamente abusivos. Tenemos un mercado del trabajo desigual, asimétrico e injusto, con debilitamiento de la sindicalización y de otras formas de atomización de la organización de los trabajadores.

Chile tiene hoy día una alta concentración patrimonial. Los grandes grupos económicos están sobre concentrados, y son hoy exponencialmente muchísimo más poderosos y han incrementado su patrimonio aumentando las brechas de desigualdad. Nosotros tenemos en ello un gran problema, entre otras cosas en nuestra relación vecinal la que es muy importante, particularmente con el Perú. Es muy importante que dialoguemos entre fuerzas de izquierda, con miradas internacionalistas y que generemos una discusión e intercambio sobre el nacionalismo, a propósito de la soberanía de nuestros pueblos. Debemos analizar la voracidad del gran capital chileno o de ciertos grupos económicos. Su voracidad, la presión por desregular las legislaciones y obtener todo tipo de facilidades y ventajas para expandirse y lucrar ha sido y es una fuente de conflicto en nuestra relación bilateral y vecinal. Esta orientación fue implementada por las políticas de relaciones exteriores dominantes de los gobiernos Concertacionistas muy economicistas y fenicias que privilegiaron el fomento de la expansión del gran capital chileno en países como Perú y Colombia presentando la defensa de esos capitales y de sus lógicas especulativas e intereses como si se tratara del interés del conjunto de los chilenos. Esa política exterior dominante ha ido de la mano con un incremento excesivo del gasto militar. Es decir, con Fuerzas Armadas que se les arma y se les adecua para proteger la expansión de los grandes grupos económicos chilenos en el vecindario y acompañar su inserción en la globalización neoliberal.

Chile, a 20 años de gobiernos llamados progresistas, de concertación, arroja un balance bastante dramático y negativo para el pueblo chileno en su lucha por construir un desarrollo nacional de otro tipo, popular, democrático y redistributivo.

En primer lugar, que yo llamo cohabitación binominal, cohabitación con la derecha económica y financiera, en términos de que no se modificó lo esencial de la hegemonía neoliberal del modelo del desarrollo chileno y más bien los gobiernos democráticos hicieron reformas parciales pero legitimaron finalmente el modelo económico chileno actual de regulación y de privatización prácticamente en todos sus ámbitos. Nosotros los chilenos y los peruanos estamos, por ejemplo, en un diferendo en la Haya de delimitación marítima. Unos y otros hablamos de la defensa del mar de Grau y de Arturo Prat y uno se pregunta realmente cual es el conflicto y que estamos defendiendo realmente, porque fíjense que el mar chileno está completamente privatizado, desde el punto de vista de las leyes de pesca, en favor de las grandes trasnacionales pesqueras, etcétera. Por lo tanto, incluso para realizar estas discusiones, nosotros requerimos como pueblos retomar el sentido de recuperación de soberanía en nuestros países y reflexionar sobre otro tipo de integración posible con lógicas sociales y de desarrollo productivo y no solamente hablar del tema de la inversión privada, de la macro inversión y de su volumen respecto de nuestra relación vecinal. Necesitamos hablar y construir estrategias conjuntas para las de pequeñas, medianas y micro empresas, generar cadenas productivas y asociatividad entre nuestras empresas estatales.

Tenemos que repensar cuando hablamos de evaluar la experiencia y proyectar futuro a partir de ello, y encontrar los puntos comunes que podemos identificar en términos de la experiencia que están en curso de nuestros pueblos, de cómo podemos ir en esa perspectiva. Yo termino diciendo que en Chile ha habido una cohabitación entre los gobiernos Concertacionistas y la derecha que ha profundizado el modelo neoliberal, que ha sido binominal como sistema electoral para garantizar su reproductibilidad y que ha tenido como pilar arquitectónico una Constitución neoliberal que asegura la supremacía de un Estado subsidiario y una limitada democracia oligarquizada y restringida que ha hecho que la mayorías ciudadanas y populares crecientemente estén fuera del sistema. Hoy eso tiene un correlato con el tema de los instrumentos institucionales y la búsqueda de una confluencia política, social de alianzas políticas es también una dimensión que yo considero muy relevante en el caso nuestro a tener en consideración como balance negativo y por cierto el núcleo central respecto del tipo de modelo de desarrollo económico. En síntesis, Chile con 20 años de gobierno de cohabitación binominal, es un país que ha perdido progresivamente su soberanía económica, cultural, ciudadana e institucional y por lo tanto la reconstrucción de nuevas formas de participación, impulsar nuevas relaciones para la participación ciudadana y el protagonismo popular. Una democracia participativa para la transformación anti neoliberal forma parte de un gran desafío si queremos hablar de progresismo y de una Izquierda transformadora. Para un diálogo entre nuestros pueblos a partir de nuestras experiencias. Muchas gracias.

Respuestas a preguntas de asistentes:

Esteban Silva:

Un par de reflexiones sobre lo que se contaba y como pregunta a reflexión abierta, también escucho de Carlos desde la perspectiva que Chile tiene una crisis de representación larvada muy profunda, en una representación, no solamente porque está la política, desde el punto de vista de los subordinados en todos los sentidos más amplios del termino de los sectores que han sido expoliados progresivamente por la política económica del tipo de modelo que ha sido hegemónico en Chile hasta el día de hoy. Lamentablemente con respaldo y muchas veces con el entusiasmo de los gobiernos de la concertación. Seamos claro, el ex Secretario General del Partido Socialista Carlos Altamirano que fue Secretario General durante el gobierno del Presidente Salvador Allende de la Unidad Popular; a propósito del gobierno de Ricardo Lagos que fue presentado con mucho ánimo previamente como un liderazgo progresista señalaba que el Gobierno de Lagos probablemente que fue el mejor gobierno de la historia Republicana de Chile, pero aclaraba a continuación que fue el mejor gobierno de centroderecha. El balance es clarito y eso tiene que ver a propósito de como la política se va deslegitimando cuando se aleja los pueblos, o sea se ganaba con unos, pero se gobierna con los otros. Uno también entiende lo que son las correlaciones de fuerza y la brutalidad de los sectores dominantes. El pensamiento único de los medios de prensa, ustedes lo conocen muy bien, ustedes acaban de vivir una campaña electoral de una gran brutalidad, con un alto nivel de demonización contra ustedes y que además después de que perdieron, los que pierden presionan por imponer y digitar ministros para que ejecuten la política de ellos, no la que gano y eso es y será un constante conflicto de correlación política, cultural e institucional.

Entonces primera reflexión, a propósito del Chile actual, pero como una reflexión que podamos hacer conjunta la necesidad de la disputa, no sólo política, no solo en el ámbito ejecutivo, cultural fundamental, es fundamental fomentar la repolitización en sentido también de como los pueblos se organizan en distintos niveles: ciudadanos, populares, comunitarios, campesinos, etcétera eso es fundamental.

Nosotros tenemos una democracia oligarquizada que fue perdiendo no solo vitalidad, hoy día los jóvenes, los estudiantes de Chile y crecientemente la sociedad chilena pide una Asamblea Constituyente para una nueva Constitución y esto es muy importante y central para cambiar la correlación conservadora e institucional del país del futuro. Para mí no hay nada peor que cuando uno ve a una ex izquierdista o gente proveniente de la llamada izquierda social democracia y constata que cuando están en el Gobierno ejecutan la política económica de la derecha y cuando pierden, y se encuentran en la oposición tiene discursos izquierdistas porque al final la gente no les cree, por eso está las crisis la política. Porque no sacaríamos nada en volver a una concertación reencauchada con los mismos personajes y los mismos vicios y conflictos o diciendo no, hay que poner a las generaciones por delante y necesitamos cambiar la correlación política, cultural y social que tiene Chile, porque hoy día tenemos un país bastante reaccionario en ese sentido, no resolvimos. Mire Marco Enríquez Ominami obtuvo alrededor de un 20% sobre un padrón electoral muy antiguo. Con Jorge Arrate, respaldado por nosotros los Socialista Allendistas, los Comunistas y la IC en el Juntos Podemos /Frente Amplio obtuvimos más de seis y tanto. Eduardo Frei de la Concertación obtuvo alrededor de 29%, pero estamos hablando de un padrón donde hay una cantidad de más de 3 millones y pico de personas, de jóvenes que no votaron y que no se han inscrito en los registros electorales.

Y que hoy día pudiera ocurrir que la lógica actual dominante en el congreso pero solo quería reflexionar porque tiene que ver con el futuro como pudiera ocurrir que los que hacen política con calculadora y en los salones nos les conviene que esos millones de jóvenes no inscritos se inscriban en los registros electorales y voten. Porque Chile pasó de ser un país predecible a un país impredecible. Los que decían que nuestro país era una excepción en América Latina se equivocaron. Pues no, Chile no es una excepción en América Latina. Menos mal, que irrumpen los pueblos, menos mal que lo que vivimos años antes, vuelve aparecer de nuevo. Con respecto a los partidos políticos yo sí creo en la importancia en los partidos, sin lugar a dudas. Pero hay que plantearse nuevas formas, nuevas representaciones de los partidos, de los movimientos, la construcción de vanguardias político sociales y no tengo ningún problema en decirlo en ese plano, tiene que readaptarse. La construcción debe ser más ciudadana, más popular. Nosotros somos y estamos entre una mezcla de movimiento y partidos, por ejemplo, con el caso del Socialismo Allendista, pero también vamos necesitando enfrentar la parte democrática y las formas de la vieja política, respecto del sistema de partidos.

Bueno dicho todo lo anterior, resumo que observamos en Chile un renacimiento de la participación y del protagonismo popular y su vinculación con los jóvenes, los que faltan, los que no se han inscrito, los que no se pronunciaron la vez anterior. Yo creo se van a inscribir esta vez si ven alternativas, con más razón todavía hay que construirlas. Entonces hay que modificar las prácticas políticas y dejar de declarar sino que hacer de manera diferente. Yo creo por ejemplo, a propósito de la política económica neoliberal actual que sigue la derecha gobiernista, lo dijimos muchas veces, nosotros los socialistas de izquierda durante el gobierno de la Presidenta Bachelet, lo dije en ese tiempo, y lo decimos ahora, para nosotros su Ministro de Economía y Finanzas, que es el Ministro de Hacienda en Chile podría haber sido perfectamente el Ministro de Economía y Finanzas de Sebastián Piñera y probablemente podría ser aun más ortodoxo, que algunos de los que tiene la derecha hoy día, se los aseguro.

Entonces cuando se produce ese trastoque, esa mutación ocurre que en el fondo se modifica el ADN. Es decir, parece una cosa pero al final no lo es, se dice una cosa pero se hace otra. Yo creo que es muy importante no abandonar la disputa cultural contra el poden neoliberal, contra lo conservador, contra la individualización, contra la política de la impotencia. Esto es parte también de nuestra política con relación al Estado y en el ámbito del parlamento hoy en crisis de representación severa, también lo es en el ámbito de la descentralización que no existe. Chile es un país atrofiado e hiper centralizado, etc. Evidentemente esto ocurre cuando los pueblos salen a caminar por un lado y la política tradicional sale por otra, se empiezan a enfrentar, entonces no termina de morir una cosa y no termina de nacer lo nuevo. En el Chile actual estamos en medio de eso.

Ahora, una palabra sobre el tema salud, la verdad que el tema de la salud, a propósito de la pregunta del compañero, evidentemente que el tema de la municipalización de la salud que es para analizar largo incluyendo los cambios y las reformas que hubo durante los gobiernos democráticos con el Fondo Nacional de Salud, el programa AUGE, etc. Pero aquello es uno de los déficits permanentes que ha demostrado el mismo problema que tenemos con la municipalización de la educación lo que ha hecho evidentemente que haya grandes asimetrías y desigualdades, porque además hay importantes diferencias de ingresos de los municipios, no solamente por ingresos, por capacidad de gestión de recursos humanos, de infraestructura y servicios etc. que han consagrado la desigualdad, al final aquello le otorga siempre la ventaja al sistema privado en este caso a las ISAPRES y en el caso de la educación, al equivalente privado que persigue fines de lucro. Muchas gracias.

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