Senador del Socialismo.
En las últimas sesiones del Honorable Senado de la República de Bolivia tuve la oportunidad de efectuar un breve pero significativo homenaje a la gran figura de Salvador Allende que el 27 de junio habría cumplido cien años. Eso fue hace 6 años; hoy renuevo desde Cochabamba, corazón de Bolivia el más cálido homenaje.
En presencia del Canciller de la República, David Choquehuanca en la testera, de ciudadanos bolivianos y de una buena delegación de atentos jóvenes chilenos que visitaron el Congreso, tomé la palabra entre los informes del Ministro de RREE, con la venia de oficialistas y opositores. Evoqué su figura y su insigne memoria, la significación de su perfil humano del Pro Hombre de Chile, y de América.
Estudiante de medicina en Santiago conocí al líder político que proponía por segunda vez un camino pacífico y democrático al socialismo en Chile. En la facultad de medicina de la universidad organizamos una legión entusiasta de seguidores; además, brigadas de visita a las poblaciones marginales con atención de salud comunitaria, sobre todo a las poblaciones callampas de Cerro Verde. Ahí conocí al pueblo profundo de Chile, a los humildes, marginados, y con ellos departí amistad y esperanza. Resultó tercero en la justa democrática después de Jorge Alessandri y Frei Montalva.
Continuó el régimen conservador, pero Salvador Allende como Bolívar fue más peligroso en la derrota y terció en un tercer intento y finalmente triunfo y con él la esperanza de una utopía que realizada superaría a la sociedad humana en esta parte del continente.
Se encumbraba la Unidad Popular de socialistas, comunistas, radicales, aún demócrata cristianos y humanistas de nuevo cuño. Su programa: Reforma Agraria, rescate de los recursos naturales, nacionalización del cobre, salud y educación gratuitas, privilegio de la economía estatal, derechos humanos, democracia, estado de derecho, inclusión de todas las culturas… dignidad para el pueblo chileno.
Los bolivianos seguimos con vivo interés la transformación política del país de la poesía; pero fuerzas ocultas del imperio preparaban la tragedia. Pinochet jurando lealtad al Presidente, ejecutaba la traición del 11 de septiembre; golpe de Judas artero proseguido veinte años de torturas, asesinatos, desapariciones, crímenes perfectos sin cuerpo del delito. Toda una negra etapa desatada de fascismo que quitó a Chile hasta la propiedad del aire, el agua, los recursos naturales, la dignidad con la privatización globalizada.
Durante el Plan Cóndor en red de asesinos chilenos, bolivianos, argentinos, uruguayos, paraguayos y brasileros, fallecieron miles de seres soñadores de utopía.
Entre mis allegados evoco a Iván Insunza y a Gabriel Castillo, mis condiscípulos amados; a Pedro de la Barra el pariente creador del Teatro Experimental de la universidad de Chile, a Jorge Ríos Dalens el joven político compatriota, a un sinnúmero de profesionales, estudiantes y obreros y amigos. Al insigne Maestro de la Cirugía Chilena, Leonidas Aguirre Mc-Kay, Jefe de Cirugía del hospital Trudeau, por sus simpatías socialistas, lo degradaron a médico recolector de muestras fecales en la institución de Ferrocarriles. A Pablo Neruda le vejaron en su majestad de poeta, allanaron su casa, quemaron sus bellas poesías y clausuraron en oprobio Isla Negra por el pecado de escribir poemas inmortales soñando en un mundo mejor.
Tramaron tremenda felonía, desde el imperio Nixon, Kissinger, el embajador norteamericano en Chile, la transnacional de Teléfonos, colaborados por la empresa privada, los terratenientes, los transportistas, los medios de comunicación y, lastimosamente, el Colegio Médico de Chile.
La estrategia: Bloqueo de caminos, obstruir la producción industrial y agrícola arrojándola al río Mapocho, elevar el precio del aceite, de la carne, del papel higiénico del pan. Torcer la información desde los medios de prensa.
El gran presidente chileno murió por una ráfaga de proyectiles, baleado en el abdomen, el tórax, destrozado el rostro en el palacio de Toesca: Se le encontró inerme en su cruz pero enhiesto de patria, entre el polvo de la Moneda bombardeada por sus generales traidores, misiles desde el aire y tierra lanzados por aviones, tanques y munición del imperio. Fue atendido por su médico personal Gustavo Girón, mi maestro, al amparo de la amistad de su ministro de Salud, Carlos Concha mi condiscípulo comunista; el periodista Augusto Olivares y un reducido número de adherentes, gracias a la disposición del Capitán que no abandonó su barco hasta la muerte.
Como afirma el Nobel Gabriel García Márquez, de Salvador Allende:“la contradicción dramática de su vida fue ser un enemigo congénito de la violencia y un revolucionario apasionado, creía haberla resuelto con la hipótesis de que las condiciones de Chile permitían una evolución pacífica hacia el socialismo dentro de la legalidad burguesa”. Los bolivianos de corazón quedamos perplejos ante esta irremediable tragedia histórica americana.
Siete horas resistió en combate el líder que recibió en Arica a los guerrilleros del Comandante Che Guevara, el profeta del “Hombre Nuevo” que emergerá al concluir la prehistoria que aun vivimos este año en que, continúan las bombas en racimo y los misiles lanzados en Irak para detentar el petróleo que alberga la cuna de la civilización humana. De ese año 2008 al actual 2014, se mantienen las condiciones de riesgo y los instrumentos imperiales, se guarda un potencial nuclear atómico capaz de destruir veinte y cinco veces el planeta Tierra.
El Nobel colombiano recientemente fallecido, sentenció su anatema: “La trágica grandeza de Allende, nos depara un singular y significativo mensaje: Murió defendiendo a bala el mamarracho anacrónico del derecho burgués. Defendiendo a bala una Corte Suprema de Justicia que lo había repudiado y que más tarde habría de legitimar a sus asesinos. Defendiendo un Congreso miserable que lo había declarado ilegítimo” Concluyó García Márquez rabiando en sucios vocablos referidos al Parlamento chileno de entonces: “Más, también sucumbió complacido ante la voluntad de los usurpadores, ante la voluntad de los partidos de la oposición que habían vendido su alma al fascismo, defendiendo toda la parafernalia apolillada de un sistema de mierda que él se había propuesto aniquilar sin disparar un tiro”.
Líder de la integración americana, seguidor a ultranza de Simón Bolívar, concibió rescatar los grandes pensamientos de los Libertadores de nuestra América: reconstruir la PATRIA GRANDE. Por ello, dio orden a Volodia Teitelboim para viajar a La Paz a solucionar, de una vez por todas, el enclaustramiento de Bolivia producto de una guerra de ambiciosos empresarios ingleses. No fue posible porque los generales dieron el golpe mortal al presidente.
Desde Cochabamba, corazón de Bolivia, levanto la voz en honor y de amor a su insigne memoria. Honor a Salvador Allende en su gesta chilena del verdadero camino al Socialismo. Conmemorando respetuosos los ciento y seis años de su nacimiento.
Cochabamba, 27 junio 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario