miércoles, 20 de noviembre de 2013

Asamblea Constituyente y construcción de la unidad de las fuerzas transformadoras

RICARDO KLAPP SANTA CRUZ

Han concluido las elecciones presidenciales, parlamentarias y de consejeros regionales. Los resultados indican que: La abstención fue de más de un 51% de los electores, más alrededor de 115 mil votos nulos y blancos; lo que concluye que tenemos una severa crisis de representación.

A nivel presidencial, los resultados arrojaron “Segunda Vuelta”, pese a que el vocero de la concertación, Pepe Auth, aseguró que obtendrían el 54%. La derecha obtuvo un 25,01%, la concertación, un 46,67 y la suma de las candidatura anti duopolio, un 28,28%. El candidato Marco Enríquez-Ominami superó los 2 dígitos, 10,98%. Además, los candidatos Marcel Claude, Alfredo Sfeir y Roxana Miranda (cuyas fuerzas también están por Asamblea Constituyente, sumaron 6,43%).

En senadores se eligieron 12 de la concertación, 7 militantes de la derecha y 1 independiente (Bianchi) de centro derecha; por lo tanto, la concertación supera por 4 senadores a la derecha dura.

En el ámbito de los diputados: la nueva mayoría obtuvo más diputados que la derecha y lo significativo son 4 jóvenes ex presidentes de federaciones universitarias electos, entre ellos Gabriel Boric y un diputado liberal progresista (Vlado Mirosevic), que están por Asamblea Constituyente.

Las fuerzas que están a la izquierda del duopolio binominalista fueron fragmentadas electoralmente, pese a un alto nivel de coincidencias programáticas, como: Asamblea Constituyente elegida y generada con participación directa del pueblo, discutida en las bases sociales; rechazo al modelo neoliberal generador de abusos y desigualdades; recuperación para el país del cobre, el litio y las riquezas y servicios básicos; excluir el lucro vergonzante en educación y salud; defensa de la soberanía de la naturaleza y el agua; reconocimiento de la pluralidad étnica y cultural; salud gratuita, oportuna y de calidad, un verdadero sistema de previsión social que garantice jubilaciones dignas. Recuperar la memoria histórica y justicia en las violaciones a los derechos humanos, actuales e históricas, entre otras coincidencias programáticas.

El poder de los dineros de las grandes empresas que invierten en candidaturas lleva a que los elegidos protejan legislativamente sus intereses lucrativos; es vergonzante, pero es así. Ahora Chile está expuesto a la letra chica de las promesas electorales.

Tratarán de domesticar y dividir el movimiento estudiantil y social, continuará la represión al pueblo mapuche y a las organizaciones sociales. Trataran de humanizar el modelo neoliberal para que sea digerible en los sectores excluidos y endeudados. Trataran de seudo regular los abusos que sufren los sectores populares. Es decir, cambios cosméticos que generarán más bronca del pueblo organizado.

No basta solo criticar las ambigüedades, la pitutocracia y la casta que limitan la soberanía popular. Separados somos débiles; hay que unir a todas las fuerzas transformadoras de la sociedad sin sectarismo y con unidad colectiva, que evite los personalismos excesivos y disgregatorios del quehacer político social. Le debemos una severa autocrítica al pueblo. La tarea es construir una unidad activa.

Debemos aprender de los errores: La división nos debilita; con inteligencia y voluntad política debemos enfrentar lo que se nos viene y hacer avanzar y fortalecer las causas compartidas. No debemos esconder nuestras ideas ni hipotecar proyectos políticos sociales transformadores.

Trabajaremos por la necesaria e impostergable unidad, que se funda en propósitos comunes y en acciones conjuntas, especialmente el compromiso por una Asamblea Constituyente para una nueva Carta fundamental que consagre derechos universales y una democracia participativa y social.

Los allendistas tenemos la obligación y la necesidad de no solo proponer, sino que dedicarnos a crear un frente amplio, una alternativa sólida, que una sus fuerzas con los referentes sociales. Hacemos nuestra, pese a las diferencias ideológicas, la opinión de Melissa Sepúlveda, presidenta electa de la FECH: “Fortalecer los procesos de unidad con las diferentes expresiones del movimiento popular. Que se entienda el movimiento estudiantil como parte del movimiento popular”.

Aprender de los errores. La división nos debilita; con inteligencia y voluntad política debemos enfrentar lo que se nos viene y hacer avanzar y fortalecer las causas compartidas, Entre muchas otras, la Asamblea Constituyente.

Ricardo Klapp Santa Cruz,
Socialista Allendista,
Província Cordillera

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