martes, 18 de enero de 2011

Roberto Avila: "A Carlos Larraín lo designaron senador sus subordinados en su casa"


La erosión de la legitimidad del sistema democrático se acentúa día a día. Ya no se trata simplemente de parlamentarios que actúan exactamente en contra de aquellas ideas por las cuales fueron elegidos. Estamos viendo ahora parlamentarios que lo son sin tener origen en la voluntad popular. Parlamentarios que se eligen por si y ante si. Carlos Larraín es un ejemplo paradigmático.

La democracia moderna, a partir de la teorización de J.J Rousseau y de la Gran Revolución Francesa, situó al pueblo como depositario de la soberanía. Es decir de la legitimidad y capacidad para establecer un sistema jurídico en el cual se fundan y expresan los gobiernos en su gestión.

Dicho en buen romance quienes ejercen el poder sólo pueden serlo por designación popular manifestada en elecciones democráticas. Chile tiene al respecto un largo camino que recorrer aún, por ejemplo el poder judicial no tiene un fundamento democrático inmediato y a sus responsabilidades se accede a través de un proceso no democrático de auto generación y de componendas y equilibrios entre las cúpulas partidarias. Por eso vemos a ese poder del estado presto a los requerimientos de los gobiernos de turno.

Pero las cosas están aún peores y por estos días nos hemos enterado que el presidente de Renovación Nacional Carlos Larraín, cuyas posiciones oligárquicas y conservadoras tienen escasa sintonía con el sentir popular fuera del gheto de Las Condes/Vitacura, ha sido elegido reemplazante de Andrés Allamand.

El procedimiento debería causar escándalo, pero nada ocurre, pues esta clase política se ha hecho impúdica. Unos y otros ejercen lucrativamente la ”profesión política” con métodos cada día más distantes de la ciudadanía, mal podrían criticarse entre sí. Todos beben sin rubor alguno de la misma fuente.

Carlos Larraín ha sido “elegido” senador en una reunión celebrada en su casa, en la cual sus subordinados políticos le han ofrendado la senaduría. Principal promotor ha sido el senador Chahuán de quien Larraín fue generoso contribuyente a sus gastos de campaña. Amor con amor se paga.

No es secreto que Larraín es presidente de Renovación nacional gracias a sus aportes a las finanzas partidarias. No, no están tan lejos de la realidad los jóvenes anarquistas cuando escriben en las calles “democracia de los ricos”

Nada importo la opinión de los ciudadanos que “representará” Carlos Larraín, ni siquiera escucharon a su propia militancia. A más, Andrés Allamand a su vez fue candidato seguro desde su presentación pues las cúpulas santiaguinas no le pusieron competidor al lado, entonces desde un principio y gracias al sistema binominal de la dictadura ya estaba elegido.

Y este señor Larraín gracias a sus millones y a las ofrendas serviciales de sus subordinados políticos será senador y dictará leyes que nos obligaran a todos los chilenos.

Señor Larraín le digo a usted como a otros de su estirpe le dijeron alguna vez: avasallareis pero no convenceréis.

Cuanto más esperaremos para que una fuerza democrática y allendista barra toda esta corrupción de la faz de nuestra patria?.

ROBERTO AVILA TOLEDO

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