Resulta inevitable recordar lo que se vivió en el país entre 2011 y 2012, años donde las movilizaciones estudiantiles se tomaron las calles de todo el país, aunque para el cientista político Ricardo Israel, "es irrepetible" el efecto político que se dio en esa coyuntura. A la inversa, el sociólogo Esteban Silva cree que los procesos de 2011 y 2015 son plenamente parecidos, porque, en su opinión "hay un conjunto de temas de la reforma educacional que no están resueltos".
29/05/2015 |
Por Equipo Cambio21
El jueves 28 de mayo de 2015 será recordado como el día en el que volvieron a la Alameda las marchas y protestas estudiantiles que terminaron con hechos de violencia y daños en la propiedad pública y privada y, además, enfrentamientos entre encapuchados y Carabineros.
Ante tal fenómeno, resulta inevitable recordar lo que se vivió en el país entre 2011 y 2012, años donde las movilizaciones estudiantiles se tomaron las avenidas de todo el país, aunque para el cientista político y académico Ricardo Israel, "es irrepetible" el efectos político que se dio en esa coyuntura.
"Primero, la cantidad de gente que salió a la calle es muy diferente en cuanto a su masividad. Segundo, se generó un tremendo impacto, porque además de los estudiantes marchaban sus padres y abuelos, que eran los que financiaban la educación. Y tercero, era un Chile que se vinculaba con los pingüinos, que se habían manifestado antes y que cinco años después llegaron a la universidad, pero que era complaciente y en el que no se cuestionaban los ejes de la transición. Lo que trajo resultado que se pusieran los temas que dieron forma a la Nueva Mayoría", comentó a Cambio21.
A su vez, lo que pasa ahora, "es que el elemento político varió totalmente desde el punto de vista de la autoridad gubernamental y el impacto mediático. Y anexamente se da también algo nuevo en relación con las consignas del 2011 que tomó la NM y que no eran cuestionadas masivamente. Hoy se ven dos limitaciones: rechazo social a las medidas y el resultado muy difícil que implica transformar una consigna en política pública, como se ha visto en las reformas tributaria y educacional y como se analizará en la reforma constitucional".
Según el ex candidato presidencial del PRI, "han pasado cosas imprevistas", siendo una de ellas "el que haya surgido un movimiento social de protesta contra la reforma educacional de padres y apoderados que querían seguir con el sistema como estaba y que reivindicaba el derecho a pagar matrícula o ejercer el copago, lo que le terminó abriéndole una ventana que la oposición no tenía".
"Además, este año y en este minuto, el debate público está centrado en los que quedaron excluidos, porque nadie esperaba que se discriminara a los pobres de otros probres y que apareciera letra chica aún para los beneficiados, como el anuncio del ministro Nicolás Eyzaguirre, que dijo que si no alcanza la plata para el arancel gubernamental, lo van a tener que financiar las instituciones, porque financiar el arancel de las universidades de Chile y Católica son muy caros", insistió.
Brutalidad policial y corrupción
A la inversa, el sociólogo Esteban Silva cree que los procesos de 2011 y 2015 son plenamente parecidos, porque, en su opinión "hay un conjunto de temas que son propias de la discusión de la reforma educacional (tanto en su parte universitaria como secundaria) y la gratuidad que no están resueltos y que no tienen mecanismos de participación reales desde el punto de vista de los estudiantes".
"Y eso ha hecho que el Gobierno tomara la reforma y haya radicado en el Congreso los mecanismos de diálogo con las organizaciones estudiantiles, mecanismos que son débiles, dado que el diálogo no ha sido real, lo que provocó las movilizaciones que ahora tienen más legitimidad que las del pasado", manifestó a este medio.
A juicio del líder del movimiento de Socialistas Allendistas, el tema de fondo "pasa por la brutalidad policial. Lo que pasó con el joven Avilés y con una serie de estudiantes reprimidos demuestra que hay una forma militarizada de las Fuerzas Especiales de Carabineros que no ha sido cambiada desde el retorno a la democracia y que ha gatillado un factor adicional en las movilizaciones".
Para terminar, el dirigente aseguró que "los jóvenes ya no solo se vinculan a la educación, sino que también con el rechazo a la corrupción y la necesidad de hacer un cambio de institucionalidad, lo que puede desembocar en una gran demanda movilizadora por una asamblea constituyente para enfrentar la crisis que vive Chile".
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