jueves, 28 de enero de 2010

La Cohabitación Binominal y el Triunfo de la Derecha

Esteban Silva Cuadra

Se ha cerrado un ciclo con el triunfo electoral de la derecha encabezada por Sebastián Piñera luego de 52 años.

Para obtener la victoria, la derecha tuvo que disfrazarse, presentarse sin programa, mostrarse continuadora en lo esencial de los gobiernos concertacionistas. Pero la verdad es que no tuvo que hacer un gran esfuerzo ya que la gran derrota sufrida por la Concertación es sistémica y profundamente cultural.

Lo señaló acertadamente en 1997, Tomás Moulian en su libro Chile: Anatomía de un Mito: la Concertación abandonó desde sus inicios su programa de democratización y recuperación de la soberanía económica, legitimando y garantizando la reproductibilidad del modelo neoliberal impuesto por el pinochetismo.

El método de la operación transformista fue conceptualizado como "la democracia de los acuerdos" y sus principales impulsores fueron, entre otros, Enrique Correa, Edgardo Boeninguer, Alejandro Foxley y José Joaquín Brunner.

En el gobierno de Eduardo Frei el método adquirió un nuevo impulso al instalarse el horizonte de “la modernidad” como un propósito transversal. Es decir, un modelo de desarrollo basado en la privatización de la economía, la enajenación de nuestros recursos naturales, el privilegio a la inversión extranjera y la apertura externa en desmedro de la industria nacional.

Carlos Altamirano, ex Secretario General del Partido Socialista en tiempos de Allende, sostuvo con razón que el gobierno del Presidente Ricardo Lagos fue el mejor gobierno de centro derecha en la historia Republicana de Chile. Al terminar su periodo Lagos fue entusiastamente vitoreado por los grandes grupos empresariales y financieros. Una recauchada Constitución pinochetista lleva estampada su firma, aquella reforma autocalificada de “progresista”, terminó de legitimar el Estado subsidiario y la primacía de la propiedad privada y el capital.

En el seno de los gobiernos concertacionistas y en sus partidos, irrumpieron con influencia transversal representantes y lobistas de poderosos grupos económicos y financieros nacionales y transnacionales. Para perpetrar sus objetivos, exhibieron credenciales de izquierda o respetables trayectorias anti dictatoriales y continuaron militando, integrando centros de pensamiento o asesorando a ministros y parlamentarios para asegurar la reproducción del interés privado en la gestión del Estado.

Durante los 20 años de Concertación el Partido Socialista de Allende abandonó su alianza histórica con el Partido Comunista y otras fuerzas de izquierda, reemplazándola por una alianza con la Democracia Cristiana bajo una hegemonía de centro derecha tecnocrática construida sobre una singular transversalidad.

La exclusión política del PC y de sectores anti sistémicos sociales y de izquierda, fue materializada electoralmente por el sistema binominal y reproducida como sentido común mayoritario gracias a un férreo control conservador de los principales medios de comunicación.

Toda crítica o propuesta que apuntara a la transformación estructural del sistema imperante era invisibilizada o descalificada como una actitud política testimonial, marginal o irresponsable.

La crisis de representación generada por el binominal y 20 años de una democracia de baja intensidad oligarquizada, fue mutando el propio ADN histórico del PS, transformándose en un partido oficialista, superestructural y parlamentario, constituido mayoritariamente por funcionarios de gobierno. Su estética e historia poco o nada tiene hoy que ver con su orientación social liberal, administrada durante largos años por un reducido y autoritario grupo de ex izquierdistas de pasado ortodoxo aliados con liberales de pasado social demócrata.

El PS fue desangrándose políticamente por la izquierda y socialmente desde el mundo popular debido al alejamiento de miles de adherentes, militantes y dirigentes.

La expresión más cualitativa de su crisis culminó con el retiro de Jorge Arrate del PS, el que fuera su Presidente luego del proceso de reunificación socialista. Con mucha antelación Arrate había propuesto la necesidad de superar la Concertación y unir fuerzas en un nuevo Pacto democrático y popular para transformar el modelo de desarrollo neoliberal dominante de la post dictadura. En ese contexto, se sitúa su propuesta de una Asamblea Constituyente para una nueva constitución.

El PS oficialista con su candidato democratacristiano Eduardo Frei, profundizó su crisis de identidad y de ruta al ser debilitado desde la izquierda por Arrate y los socialistas allendistas y desde su propia lógica liberal concertacionista por Marco Enríquez Ominami. Arrate re domicilió políticamente al socialismo en la izquierda y Enríquez Ominami, autodefinido como “liberal progresista” capturó transversalmente parte del descontento concertacionista.

Como candidato presidencial Arrate, encabezó junto a los socialistas allendistas y otros sectores de izquierda una alianza con el Partido Comunista y la Izquierda Cristiana, reinstalando nacionalmente un programa de futuro para la izquierda organizada en el Juntos Podemos y Frente Amplio.

A pesar de haber establecido por mutua necesidad un pacto instrumental electoral con la izquierda agrupada en el Juntos Podemos y el Frente Amplio, para perforar el sistema binominal, la Concertación sufrió una severa derrota electoral en primera vuelta.

Incapaz de leer las señales del electorado y sus tendencias de fondo intentó esconder a los principales responsables de su derrota presentando ante la segunda vuelta como renovación de sus liderazgos políticos hijos e hijas de ex presidentes y ministros y dirigentes destacados de esos partidos. Es decir, fue incapaz de romper el círculo oligárquico y de auto reproducción elitista que llevó a la coalición a su máximo deterioro, producto de una asimilación tecnocrática y elitista en su práctica política y gestión de gobierno. La moraleja es que no basta parecerse sino que hay que serlo.

En coherencia con una cohabitación binominal, luego de señalar que con su integración a la OCDE Chile ingresa en las ligas mayores, la Presidenta Michelle Bachelet, tendrá que entregar la banda presidencial a Sebastián Piñera. Sin embargo, su alta popularidad no pudo ser transferida al candidato presidencial de su coalición ni tampoco a su propio partido en crisis de identidad. En el Chile actual de pensamiento único y de hegemonía conservadora, una merecida popularidad mediática y transversal no puede ser confundida con un liderazgo transformador.

Los social demócratas y social liberales acostumbran a formular propuestas y tener discursos "izquierdistas" cuando se encuentran en la oposición, pero cuando forman parte del ejecutivo, gobiernan asumiendo y administrando el programa económico de la derecha. Tal como ocurrió con la mayor parte de los dirigentes que por 20 años han dominado y administrado la política del PS y el PPD en los gobiernos de la Concertación.

Hay que reconstruir puentes para una oposición antiderecha amplia y unitaria, pero resulta indispensable también que en el seno de una oposición actuando unida se reconfigure y constituya una izquierda fuerte para fortalecer en lo social, político y cultural una oposición anti sistémica y anti modelo. Lo anterior, incluye modificar estructuralmente el rumbo de lo que la actual dirigencia PS y sectores autodenominados progresistas califican como la "obra maciza de los gobiernos de la Concertación". De lo contrario más allá de la retórica que se formule desde una nueva y heterogénea oposición seguiremos con la cohabitación binominal, que ha reproducido durante los últimos 20 años el actual modelo de desarrollo y su institucionalidad.

Los socialistas allendistas seguiremos adelante junto a Jorge Arrate uniendo fuerzas en torno a la necesidad de una Asamblea Constituyente para una nueva Constitución y confluyendo en torno a las propuestas contenidas en el programa de su candidatura para construir una izquierda allendista amplia para el siglo XXI. A través de un Frente Amplio de izquierda capaz de contribuir a la unidad de la izquierda con una nueva confluencia social y política anticapitalista basada en el protagonismo popular y la democracia participativa.

Esteban Silva Cuadra
Coordinador de los Socialistas Allendistas.
Ex Director Ejecutivo de la Campaña presidencial de Jorge Arrate.

viernes, 22 de enero de 2010

Jorge Arrate: "a reconfigurar una izquierda completa, heterogénea, social y política"


Compañeros Socialistas Allendistas

En conocimiento del pleno nacional que realizarán esta semana deseo hacerles llegar mi afecto y deseos de éxito.

La política chilena vive sus días más oscuros de los últimos veinte años. La Concertación enfrenta diariamente la erosión que hace ya tanto tiempo denunciáramos, sin otro recurso que la autoalabanza que ejerció por tanto tiempo. Sus partidos muestran el rostro desencajado por la pérdida del gobierno y la falta de transparencia de su quehacer interno. El gobierno finaliza su tiempo dolorosamente. La Presidenta obtiene una alta y merecida consideración pública en la encuestas, no obstante que durante su período la derecha se apropió, primero, de las mayorías y las presidencias de la Cámara y el Senado, y que ahora ha logrado completar su poder al ganar el gobierno. El nuevo gobierno apenas a horas de su triunfo da lugar a la impúdica exhibición de la relación entre política y dinero. La invasión a rostro abierto de la democracia por el mercado alcanza su máxima expresión.

El camino que se avizora es largo y complejo y ningún apresuramiento producirá atajos fructíferos. Reconfigurar una izquierda completa, heterogénea, social y política, que acumule la fuerza de generaciones, esperanzas y puntos de mirada diversos, es una de nuestras tareas. Los socialistas allendistas no sólo han dado un ejemplo de coherencia, desinterés y activismo, sino que son componente indispensable de un nuevo arco de fuerzas de izquierda que efectivamente trasmita a la ciudadanía los horizontes que se abren a futuro.

Deseo aprovechar esta ocasión para expresarles mi reconocimiento por la tarea realizada durante la reciente campaña presidencial, a todos y cada uno de ustedes. En particular quiero públicamente destacar la noble y dedicada tarea realizada por el socialista allendista Esteban Silva Cuadra, quien ejerció como Director Ejecutivo de mi campaña. Su aporte y el de todos ustedes fue un elemento dinamizador significativo y un permanente estímulo que agradezco sinceramente.

Para Uds. todo mi afecto y esperanzas en nuestra lucha compartida.

Jorge Arrate
Las Cruces, 22 de Enero de 2010

miércoles, 20 de enero de 2010

Vamos a seguir unidos, construyendo el proyecto de izquierda

Domingo, 17 de Enero de 2010 Santiago 17 enero 2010.- A las 19.35 horas el presidente del Partido Comunista de Chile, diputado Guillermo Teillier, acompañado del presidente de la Izquierda Cristiana, Manuel Jaques; del dirigente de los Socialistas Allendistas y miembro del Frente Amplio, Esteban Silva; de Martín Pascual de la Nueva Izquierda y del miembro de la comisión política del PC, Juan Andrés Lagos, que apoyaron a Jorge Arrate como candidato a la Presidencia de la República, entregó la siguiente declaración oficial al conocer los resultados de la segunda vuelta presidencial:

"Quisiéramos decir, en primer lugar, que indudablemente esta es una mala noticia para Chile y para América Latina. Para nosotros no es una buena noticia que haya triunfado la derecha en los comicios presidenciales.

"Nos parece que muchas de las esperanzas, los anhelos y los sueños de muchas chilenas y chilenos se van a ver comprometidos con este gobierno, no se van a realizar, nosotros no creemos que la derecha vaya a democratizar el país ni que vaya a hacer un país más igualitario, ni que vaya a llevar adelante la justicia social como se necesita que se lleve adelante en Chile.

Nosotros vamos a seguir unidos, construyendo el proyecto de izquierda, vamos a mantener nuestra relaciones con quien fuera nuestro abanderado Jorge Arrate, vamos a seguir trabajando con él y vamos a poner en el primer plano de nuestra preocupación los 12 puntos que Eduardo Frei -o el comando- comprometió con nosotros pero que son las exigencias que hicimos para apoyar a Eduardo Frei y que serán una plataforma para la política que sigamos adelante que, indudablemente, va a ser de oposición al gobierno de Sebastián Piñera.

Nosotros vamos a luchar principalmente para evitar que se atropellen los derechos de los trabajadores, para que se termine con el proceso de verdad y justicia, es decir, no queremos que en Chile se imponga la impunidad ni se aplique la ley de amnistía que dejó establecida Pinochet. Vamos a tener una posición muy firme, vamos a seguir luchando por los derechos de los trabajadores, vamos a seguir defendiendo CODELCO y las riquezas básicas de Chile y seguiremos luchando desde el Parlamento. Podemos decir que nosotros, en ese sentido, hemos logrado un triunfo parcial en nuestra lucha contra la exclusión y vamos a seguir luchando contra ella y por reformas democráticas, por lo tanto ahora tenemos la posibilidad de seguir luchando desde el Parlamento y también desde la movilización social.

Para defender la democracia y la justicia social y para seguir avanzando en los objetivos que nosotros hemos propuesto al país indudablemente que se van a necesitar convergencias. Lo dijimos claramente antes de las elecciones, que no íbamos a formar parte de un gobierno de Eduardo Frei -si éste ganaba las elecciones- y dijimos claramente también que estamos dispuestos a discutir las convergencias que sean necesarias para llevar adelante un proceso de reformas democráticas y de justicia social. Eso lo mantenemos en pie.

No podemos adelantarnos, porque se va a producir un reordenamiento de fuerzas políticas en nuestro país, pero tenemos que observar claramente lo que va a significar esto para tomar una determinación definitiva.

No sé si vamos a estar dispuestos al diálogo, bajo qué condicione vamos a dialogar con un gobierno de derecha. Eso lo tenemos que definir en los próximos días y tenemos que escuchar qué propuestas de diálogo hacen.

Nosotros vamos a seguir trabajando, tenemos que conformar una bancada en el Parlamento, para eso necesitamos trabajar con diputados independientes, también con algunos de la Concertación, vamos a conversar la próxima semana, primero con la bancada del Partido Socialista y después con la bancada del PPD, es decir, vamos a ir creando las condiciones para poder presentar también una oposición unida al gobierno de derecha", concluyó Guillermo Teillier.

lunes, 18 de enero de 2010

Jorge Arrate: "Esto fue el último error de la Concertación"


El ex candidato presidencial comentó el triunfo de Sebastián Piñera, criticando a la Concertación por la derrota electoral.

El ex candidato presidencial comentó el triunfo de Sebastián Piñera, criticando a la Concertación por la derrota electoral.

"Era un escenario que todos considerábamos, pero que no deseábamos. Ahora lo que corresponde es construir más izquierda" declaró el ex candidato del Juntos Podemos, haciendo referencia a los 3 diputados comunistas electos en las última elección paralamentaria de diciembre.

"Creo que hubo un proceso dentro de la Concertación de progresivo deterioro. Siempre hubo dos bandos" dijo, en mención a un ala concertacionista más moderada, frente a una parte de la coalición mucho más cercana a la izquierda. "Esto fue el último error de la Concertación" refiriéndose a una falta de apertura dentro del oficialismo frente a demandas propias de la izquierda extraparlamentaria.

"No seremos una izquierda que renuncie a sus banderas. Yo voy a estar en la oposición" dijo, descartando algún tipo de contacto o conversación con Sebastián Piñera durante su próximo gobierno.

"Queremos que el gobierno respete los limitados espacios de libertad y democracia" declaró, temiendo que en el futuro gobierno se cierren "espacios de libertad" como mencionó


sábado, 16 de enero de 2010

Los pecados de Haití


Eduardo Galeano

La democracia haitiana nació hace un ratito. En su breve tiempo de vida, esta criatura hambrienta y enferma no ha recibido más que bofetadas. Estaba recién nacida, en los días de fiesta de 1991, cuando fue asesinada por el cuartelazo del general Raoul Cedras. Tres años más tarde, resucitó. Después de haber puesto y sacado a tantos dictadores militares, Estados Unidos sacó y puso al presidente Jean-Bertrand Aristide, que había sido el primer gobernante electo por voto popular en toda la historia de Haití y que había tenido la loca ocurrencia de querer un país menos injusto.

El voto y el veto

Para borrar las huellas de la participación estadounidense en la dictadura carnicera del general Cedras, los infantes de marina se llevaron 160 mil páginas de los archivos secretos. Aristide regresó encadenado. Le dieron permiso para recuperar el gobierno, pero le prohibieron el poder. Su sucesor, René Préval, obtuvo casi el 90 por ciento de los votos, pero más poder que Préval tiene cualquier mandón de cuarta categoría del Fondo Monetario o del Banco Mundial, aunque el pueblo haitiano no lo haya elegido ni con un voto siquiera.
Más que el voto, puede el veto. Veto a las reformas: cada vez que Préval, o alguno de sus ministros, pide créditos internacionales para dar pan a los hambrientos, letras a los analfabetos o tierra a los campesinos, no recibe respuesta, o le contestan ordenándole:

-Recite la lección. Y como el gobierno haitiano no termina de aprender que hay que desmantelar los pocos servicios públicos que quedan, últimos pobres amparos para uno de los pueblos más desamparados del mundo, los profesores dan por perdido el examen.

La coartada demográfica

A fines del año pasado cuatro diputados alemanes visitaron Haití. No bien llegaron, la miseria del pueblo les golpeó los ojos. Entonces el embajador de Alemania les explicó, en Port-au-Prince, cuál es el problema:

-Este es un país superpoblado -dijo-. La mujer haitiana siempre quiere, y el hombre haitiano siempre puede.

Y se rió. Los diputados callaron. Esa noche, uno de ellos, Winfried Wolf, consultó las cifras. Y comprobó que Haití es, con El Salvador, el país más superpoblado de las Américas, pero está tan superpoblado como Alemania: tiene casi la misma cantidad de habitantes por quilómetro cuadrado.

En sus días en Haití, el diputado Wolf no sólo fue golpeado por la miseria: también fue deslumbrado por la capacidad de belleza de los pintores populares. Y llegó a la conclusión de que Haití está superpoblado… de artistas.

En realidad, la coartada demográfica es más o menos reciente. Hasta hace algunos años, las potencias occidentales hablaban más claro.

La tradición racista

Estados Unidos invadió Haití en 1915 y gobernó el país hasta 1934. Se retiró cuando logró sus dos objetivos: cobrar las deudas del City Bank y derogar el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. Entonces Robert Lansing, secretario de Estado, justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra es incapaz de gobernarse a sí misma, que tiene “una tendencia inherente a la vida salvaje y una incapacidad física de civilización”. Uno de los responsables de la invasión, William Philips, había incubado tiempo antes la sagaz idea: “Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses”.

Haití había sido la perla de la corona, la colonia más rica de Francia: una gran plantación de azúcar, con mano de obra esclava. En El espíritu de las leyes, Montesquieu lo había explicado sin pelos en la lengua: “El azúcar sería demasiado caro si no trabajaran los esclavos en su producción. Dichos esclavos son negros desde los pies hasta la cabeza y tienen la nariz tan aplastada que es casi imposible tenerles lástima. Resulta impensable que Dios, que es un ser muy sabio, haya puesto un alma, y sobre todo un alma buena, en un cuerpo enteramente negro”.

En cambio, Dios había puesto un látigo en la mano del mayoral. Los esclavos no se distinguían por su voluntad de trabajo. Los negros eran esclavos por naturaleza y vagos también por naturaleza, y la naturaleza, cómplice del orden social, era obra de Dios: el esclavo debía servir al amo y el amo debía castigar al esclavo, que no mostraba el menor entusiasmo a la hora de cumplir con el designio divino. Karl von Linneo, contemporáneo de Montesquieu, había retratado al negro con precisión científica: “Vagabundo, perezoso, negligente, indolente y de costumbres disolutas”. Más generosamente, otro contemporáneo, David Hume, había comprobado que el negro “puede desarrollar ciertas habilidades humanas, como el loro que habla algunas palabras”.

La humillación imperdonable

En 1803 los negros de Haití propinaron tremenda paliza a las tropas de Napoleón Bonaparte, y Europa no perdonó jamás esta humillación infligida a la raza blanca. Haití fue el primer país libre de las Américas. Estados Unidos había conquistado antes su independencia, pero tenía medio millón de esclavos trabajando en las plantaciones de algodón y de tabaco. Jefferson, que era dueño de esclavos, decía que todos los hombres son iguales, pero también decía que los negros han sido, son y serán inferiores.

La bandera de los libres se alzó sobre las ruinas. La tierra haitiana había sido devastada por el monocultivo del azúcar y arrasada por las calamidades de la guerra contra Francia, y una tercera parte de la población había caído en el combate. Entonces empezó el bloqueo. La nación recién nacida fue condenada a la soledad. Nadie le compraba, nadie le vendía, nadie la reconocía.

El delito de la dignidad

Ni siquiera Simón Bolívar, que tan valiente supo ser, tuvo el coraje de firmar el reconocimiento diplomático del país negro. Bolívar había podido reiniciar su lucha por la independencia americana, cuando ya España lo había derrotado, gracias al apoyo de Haití. El gobierno haitiano le había entregado siete naves y muchas armas y soldados, con la única condición de que Bolívar liberara a los esclavos, una idea que al Libertador no se le había ocurrido. Bolívar cumplió con este compromiso, pero después de su victoria, cuando ya gobernaba la Gran Colombia, dio la espalda al país que lo había salvado. Y cuando convocó a las naciones americanas a la reunión de Panamá, no invitó a Haití pero invitó a Inglaterra.

Estados Unidos reconoció a Haití recién sesenta años después del fin de la guerra de independencia, mientras Etienne Serres, un genio francés de la anatomía, descubría en París que los negros son primitivos porque tienen poca distancia entre el ombligo y el pene. Para entonces, Haití ya estaba en manos de carniceras dictaduras militares, que destinaban los famélicos recursos del país al pago de la deuda francesa: Europa había impuesto a Haití la obligación de pagar a Francia una indemnización gigantesca, a modo de perdón por haber cometido el delito de la dignidad.

La historia del acoso contra Haití, que en nuestros días tiene dimensiones de tragedia, es también una historia del racismo en la civilización occidental.

15 Enero 2010

viernes, 15 de enero de 2010

La lección de Haití


Fidel Castro Ruz

Desde hace dos días, casi a las 6 de la tarde, hora de Cuba, ya de noche en Haití por su ubicación geográfica, las emisoras de televisión comenzaron a divulgar noticias de que un violento terremoto, con magnitud de 7,3 en la escala Richter, había golpeado severamente a Puerto Príncipe. El fenómeno sísmico se había originado en una falla tectónica ubicada en el mar, a sólo 15 kilómetros de la capital haitiana, una ciudad donde el 80% de la población habita casas endebles construidas con adobe y barro.

Las noticias continuaron casi sin interrupción durante horas. No había imágenes, pero se afirmaba que muchos edificios públicos, hospitales, escuelas e instalaciones de construcción más sólida se reportaban colapsadas. He leído que un terremoto de magnitud 7,3 equivale a la energía liberada por una explosión igual a 400 mil toneladas de TNT.

Descripciones trágicas eran transmitidas. Los heridos en las calles reclamaban a gritos auxilios médicos, rodeados de ruinas con familias sepultadas. Nadie, sin embargo, había podido transmitir imagen alguna durante muchas horas.

La noticia nos tomó a todos por sorpresa. Muchos escuchábamos con frecuencia informaciones sobre huracanes y grandes inundaciones en Haití, pero ignorábamos que el vecino país corría riesgo de un gran terremoto. Salió a relucir esta vez que hace 200 años se había producido un gran sismo en esa ciudad, que seguramente tendría unos pocos miles de habitantes.

A las 12 de la noche no se mencionaba todavía una cifra aproximada de víctimas. Altos jefes de Naciones Unidas y varios Jefes de Gobierno hablaban de los conmovedores sucesos y anunciaban el envío de brigadas de socorro. Como hay desplegadas allí tropas de la MINUSTAH, fuerzas de Naciones Unidas de diversos países, algunos ministros de defensa hablaban de posibles bajas entre su personal.

Fue realmente en la mañana de ayer miércoles cuando comenzaron a llegar tristes noticias sobre enormes bajas humanas en la población, e incluso instituciones como Naciones Unidas mencionaban que algunas de sus edificaciones en ese país habían colapsado, una palabra que no dice nada de por sí o podía significar mucho.

Durante horas ininterrumpidas continuaron llegando noticias cada vez más traumáticas de la situación en ese hermano país. Se discutían cifras de víctimas mortales que fluctúan, según versiones, entre 30 mil y 100 mil. Las imágenes son desoladoras; es evidente que el desastroso acontecimiento ha recibido amplia divulgación mundial, y muchos gobiernos, sinceramente conmovidos, realizan esfuerzos por cooperar en la medida de sus recursos.

La tragedia conmueve de buena fe a gran número de personas, en especial las de carácter natural. Pero tal vez muy pocos se detienen a pensar por qué Haití es un país tan pobre. ¿Por qué su población depende casi en un 50 por ciento de las remesas familiares que se reciben del exterior? ¿Por qué no analizar también las realidades que conducen a la situación actual de Haití y sus enormes sufrimientos?

Lo más curioso de esta historia es que nadie pronuncia una palabra para recordar que Haití fue el primer país en que 400 mil africanos esclavizados y traficados por los europeos se sublevaron contra 30 mil dueños blancos de plantaciones de caña y café, llevando a cabo la primera gran revolución social en nuestro hemisferio. Páginas de insuperable gloria se escribieron allí. El más eminente general de Napoleón fue derrotado. Haití es producto neto del colonialismo y el imperialismo, de más de un siglo de empleo de sus recursos humanos en los trabajos más duros, de las intervenciones militares y la extracción de sus riquezas.

Este olvido histórico no sería tan grave como el hecho real de que Haití constituye una vergüenza de nuestra época, en un mundo donde prevalecen la explotación y el saqueo de la inmensa mayoría de los habitantes del planeta.

Miles de millones de personas en América Latina, África y Asia sufren de carencias similares, aunque tal vez no todas en una proporción tan alta como Haití.

Situaciones como la de ese país no debieran existir en ningún lugar de la Tierra, donde abundan decenas de miles de ciudades y poblados en condiciones similares y a veces peores, en virtud de un orden económico y político internacional injusto impuesto al mundo. A la población mundial no la amenazan únicamente catástrofes naturales como la de Haití, que es sólo una pálida sombra de lo que puede ocurrir en el planeta con el cambio climático, que fue realmente objeto de burla, escarnio y engaño en Copenhague.

Es justo expresar a todos los países e instituciones que han perdido algunos ciudadanos o miembros con motivo de la catástrofe natural en Haití: no dudamos que realizarán en este instante el mayor esfuerzo por salvar vidas humanas y aliviar el dolor de ese sufrido pueblo. No podemos culparlos del fenómeno natural que ha tenido lugar allí, aunque estemos en desacuerdo con la política seguida con Haití.

No puedo dejar de expresar la opinión de que es hora ya de buscar soluciones reales y verdaderas para ese hermano pueblo.

En el campo de la salud y otras áreas, Cuba, a pesar de ser un país pobre y bloqueado, desde hace años viene cooperando con el pueblo haitiano. Alrededor de 400 médicos y especialistas de la salud prestan cooperación gratuita al pueblo haitiano. En 227 de las 337 comunas del país laboran todos los días nuestros médicos. Por otro lado, no menos de 400 jóvenes haitianos se han formado como médicos en nuestra Patria. Trabajarán ahora con el refuerzo que viajó ayer para salvar vidas en esta crítica situación. Pueden movilizarse, por lo tanto, sin especial esfuerzo, hasta mil médicos y especialistas de la salud que ya están casi todos allí y dispuestos a cooperar con cualquier otro Estado que desee salvar vidas haitianas y rehabilitar heridos.

Otro elevado número de jóvenes haitianos cursan esos estudios de medicina en Cuba.

También cooperamos con el pueblo haitiano en otras esferas que están a nuestro alcance. No habrá, sin embargo, ninguna otra forma de cooperación digna de calificarse así, que la de luchar en el campo de las ideas y la acción política para poner fin a la tragedia sin límite que sufren un gran número de naciones como Haití.

La jefa de nuestra brigada médica informó: “la situación es difícil, pero hemos comenzado ya a salvar vidas”. Lo hizo a través de un escueto mensaje horas después de su llegada ayer a Puerto Príncipe con refuerzos médicos adicionales.

Tarde en la noche comunicó que los médicos cubanos y los haitianos graduados de la ELAM se estaban desplegando en el país. Habían atendido ya en Puerto Príncipe más de mil pacientes, poniendo a funcionar con urgencia un hospital que no había colapsado y utilizando casas de campaña donde era necesario. Se preparaban para instalar rápidamente otros centros de atención urgente.

¡Sentimos un sano orgullo por la cooperación que, en estos instantes trágicos, los médicos cubanos y los jóvenes médicos haitianos formados en Cuba están prestando a sus hermanos de Haití!

Enero 14 de 2010

jueves, 14 de enero de 2010

La Izquierda chilena llama a no votar nulo ni en blanco


Un directo llamado a no votar nulo o blanco en el balotaje de este 17 de enero, formularon dirigentes de la Concertación, ex marquistas y del Juntos Podemos Frente Amplio, en una nueva muestra de unidad de los sectores progresistas y democráticos del país en torno a la candidatura de Eduardo Frei.
lanacion.cl: Videos

Por más democracia, por el pueblo chileno, para seguir construyendo izquierda


Por Juan Andrés Lagos

La encrucijada está planteada y no hay puntos intermedios en relación al curso que adopte el destino de Chile tras del resultado de la segunda vuelta presidencial.

Para ser claros, en buena medida el escenario político chileno actual se explica por la crisis y el agotamiento (esperamos definitivo) de una llamada "transición pactada", "democracia de los acuerdos", "política de los consensos", que ha tenido como principales y hegemónicos protagonistas a la concertación y a la derecha que proviene y respaldó estructuralmente a la dictadura de Augusto Pinochet.

No es un dato menor, y tampoco puramente discursivo, el hecho que los tres candidatos presidenciales del campo realmente democrático formulen la necesidad de cambiar definitivamente la constitución política heredada de la dictadura fascista.

Insistimos, no es menor porque allí se instala y se explicita la contradicción fundamental entre quienes sí postulan un país auténticamente democrático y quienes desean matener el sistema actual con un poder autoritario y heredado de la dictadura.

Este camino y esta autodefinida "gobernabilidad", entre la concertación y la derecha, no ha podido dotar a Chile de un estado auténticamente democrático; de justicia social; de independencia nacional.

El descontento social es creciente y transversal, aunque no se expresa en una sola altermativa política y tiene incluso expresiones contradictorias y duras, como es el hecho que la derecha alcance el ponderado electoral que tiene actualmente.

¿Pero es sólo la concertación y la derecha los co-autores de este camino político agotado?.

Para ser claros, no. También el sector que apoyó a Marco, que se abrió camino por momentos en forma brutal, violenta, divisionista y plagada de descalificaciones, es parte del tronco histórico y político de este camino, esto es, el de la "democracia de los acuerdos" entre concertación y derecha. Ellos provienen de ese camino impuesto por décadas. Por eso no es casual que una parte de las fuerzas y los votos que apoyaron a Marco se hayan inclinado a favor de Piñera.

Es bueno que, aun en forma tardía, finalmente Marco haya respaldado a Eduardo Frei. Pero eso no oculta el gravísimo error que ha cometido y que lo acompañará hacia el futuro: el haber atacado y dividido a las fuerzas de izquierda, descalificando a un sector histórico y fundamental, y el haber planteado durante toda la campaña y la primera vuelta presidencial que quienes advertimos del peligro de la derecha sufríamos "el síndrome de Estocolmo" y vivíamos pegados a los "miedos del pasado". El aval que entregó a la derecha y Piñera no es ahora ocultable por Marco y quienes lo apoyaron. Ya lo hizo y eso tiene un efecto que no se puede ahora cambiar.

La izquierda chilena ha logrado iniciar el camino para terminar con la exclusión. Tres Diputados elegidos en un pacto instrumental con la concertación, de claro sentido democrático, han abierto una brecha de enorme proyección política. Quienes no consideraron y no consideran esto como un avance deberían reflexionar sobre sus palabras y el futuro de las convergencias posibles y necesarias. Porque con ese tipo de posturas no se hace ni se construye unidad.

Hacia el futuro, los 12 doce puntos establecidos y acordados entre la Concertación y el Juntos Podemos Más-Frente Amplio y el ex candidato presidencial de la Izquierda, Jorge Arrate, son un pilar fundamental para convergencias políticas y caminos de movilización y lucha social.

En su batalla por más democracia y para impedir que la derecha llegue a La Moneda, la izquierda chilena no se ha equivocado y explicita con claridad su determinación:

El voto de la Izquierda es para Eduardo Frei y ningún voto de Jorge Arrate, de Guillermo Teillier, de Lauraro Carmona y Hugo Gutiérrez, será para el empresario Piñera.

Seguiremos construyendo izquierda con vocación unitaria y sentido de futuro.

lunes, 11 de enero de 2010

Jorge Arrate sobre nuevo partido: "Hay que construir una izquierda del futuro y más fuerte"

Presidirá la colectividad en que buscará integrar a los adherentes a su campaña.

A.S .- Jorge Arrate se pasea por el Parque O'Higgins casi como si fuera una estrella de la TV. Niños, jóvenes, mujeres y adultos se acercan, le dan la mano, le piden tomarse fotos y él, casi con la misma tranquilidad que tuvo en los debates presidenciales, acepta, sonríe y ni se inmuta.

En medio de la ceremonia de inauguración de la "Fiesta de los Abrazos" -el sábado-, el ex candidato del Juntos Podemos se da tiempo para explicar sus nuevos planes: el más importante, liderar un nuevo partido de izquierda, tras la propuesta de los socialistas allendistas para que lo presida.

"No es mi apasionado deseo, pero no me puedo negar a asumir ninguna responsabilidad en la construcción de la izquierda, estoy disponible. Tenemos que construir una izquierda del futuro y más fuerte", dice.

En la actualidad, Arrate está en una ronda de conversaciones con las distintas fuerzas para acordar la conformación del nuevo partido, que según Esteban Silva, coordinador nacional de los socialistas allendistas, debería estar inscrito a más tardar en marzo.

Según explica Arrate, la nueva colectividad, que podría llamarse Frente Amplio, buscará ser "un partido distinto, que pondrá el foco en lo social y cultural, y que generará criterios de rotación de los cargos para evitar el apoderamiento de los aparatos", indica. La idea es agrupar allí a todas las fuerzas no comunistas que lo apoyaron en la campaña presidencial.

Pero el objetivo es mayor. La idea, tras inscribir el nuevo partido, es conformar un bloque político con los comunistas para actuar en conjunto.

Pero, además, Jorge Arrate está participando con fuerza en la campaña de Eduardo Frei.

Durante la semana pasada estuvo en San Miguel, Ñuñoa, Peñalolén y La Reina llamando a votar por el candidato DC, y no descarta participar en los actos de cierre. "Tengo la mejor disposición de colaborar para que no gane la derecha", dice.



La Internacional Pinochetista

Javier Diez Canseco

El domingo 17, Chile decidirá, en segunda vuelta, la Presidencia de la República entre Sebastian Piñera y Eduardo Frei. El tema, siendo chileno, movilizar fuerzas y recursos internacionales, implica hondo simbolismo y plantea serios asuntos políticos.

Piñera es un multimillonario. Dueño de LAN –la reina de los aires del Perú- y grandes negocios está entre los 3 chilenos más ricos. Es un conocido pinochetista y simboliza la restauración del bloque en el poder que reprimió al pueblo chileno y saqueó sus recursos durante la dictadura. Concentró capital y propiedades como nunca, junto a las transnacionales, impuso las AFP y se sostuvo –durante largo período- en un régimen de terror de Estado encabezado por Pinochet. Este último no fue desalojado del poder. Impuso una transición en la siguió de Comandante de las FFAA, dejó una Constitución candado de su modelo neoliberal, impuso un sistema electoral binominal que marginó a la izquierda comprometida el cambio, y designó una parte del Senado directamente por él, para garantizarse impunidad. Luego, se le abrieron procesos por delitos de lesa humanidad y por corrupción (compra de armas y corrupción), pero murió de viejo y sin prisión, aunque algunos de sus lugartenientes fueran procesados y condenados.

Piñera es uno de sus herederos. El compró cuando, bajo Fujimori, Pinochet llamó a los empresarios chilenos a “comprar el Perú, está barato”, asegurándoles que las FFAA serian su principal seguro de inversión. De allí una de las razones del militarismo chileno aliado al gran capital y, hoy, del expreso apoyo del Gral. Juan Cheyre, ex Cdte. en Jefe del Ejército, a su candidatura. Piñera promovió las AFP con Boloña (y lo asoció), tiene “LAN ¿Perú?” y varios negocios más. Es uno de los dueños del Perú, como de alguno de “nuestros” prestigiosos intelectuales: Mario Vargas Llosa (y J. Edwards, el chileno). MVLL, retirado de la politica tras su desastre del 90, encabeza la Internacional Pinochetista en Santiago, con el rechazo de migrantes peruanos. Defiende el fracasado neoliberalismo que ha concentró la riqueza en pocas manos, abrió enormes brechas sociales y entregó a manos extranjeras los principales recursos naturales y las rentas que generan. Lo apoyan los recursos de Aznar de España, de Uribe de Colombia, el lobby anticubano de Miami, la derecha argentina de Mauricio Macri, es decir, los que están contra la integración por el cambio en AL.

Piñera tuvo 44% de los votos en primera vuelta. Expresa la fuerza que mantiene el pinochetismo, pero también el agotamiento de los gobiernos de la Concertación (alianza de la DC, el PPD y el PS) que se dedicaron a “humanizar” o maquillar el neoliberalismo y lanzaron una candidatura desgastada y expresión de la ausencia de renovación: la de Eduardo Frei, ya ex Presidente. Ello generó más descontento y obtuvo apenas 30% de votos. Surgió un outsider, juvenil, Marco Enríquez-Ominami que llegó a un 20% con un mensaje de renovación, pero ambiguo. Y resurgió la izquierda, tras la candidatura de Jorge Arrate, ex PS, que con 6.2% de votos colocó tres diputados comunistas, por primera vez, del el golpe Pinochetista de los 70.

Arrate, colocando condiciones respecto a eliminar el sistema electoral restrictivo a la renovación y la pluralidad y demandándole recuperar soberanía sobre los recursos naturales, ha comprometido el voto por Frei. Enríquez-Ominami ha dicho que no votara por Piñera, pero no se ha plegado a Frei.

Piñera (hoy 46% de intención de voto, frente a 41% de Frei) sería una restitución del pinochetismo manchado de sangre y corrupción, acentuaría la prepotencia con el Perú y el expansionismo militarista vinculado al gran capital. ¡Que pena ver a Vargas Llosa tan carente de identidad con el Perú, de brújula, y tan opuesto a la integración latinoamericana! ¡En un momento clave para esta America Latina que cambia, los chilenos ¿votarán por Chile y AL o por Vargas Llosa y la Internacional pinochetista?

La República - Perú

sábado, 9 de enero de 2010

Mario Vargas Llosa, canciller oficioso de Sebastián Piñera



Intelectuales chilenos rechazan actuación del activista neoliberal a favor del magnate chileno

El candidato conservador de la derecha chilena Sebastián Piñera recibe el apoyo activo de Mario Vargas Llosa, conocido activista político derechista y reaccionario, quién presentándose como intelectual liberal encabeza un conocido bloque político regional de derecha (apoyado por el lobby anticubano, por Aznar y sus amigos del norte) en contra de las fuerzas de avanzada y de izquierda latinoamericanas y en contra de la integración bolivariana, soberana y autónoma de América Latina y el Caribe.

Vargas Llosa ha tomado partido activo en contra de gobiernos de izquierda y de centro izquierda en América Latina. Ha hecho del ataque contra la integración soberana de nuestra América una acción ideológica y política sistemática, tergiversando y deformando las posturas de izquierda y libertarias sobre la integración, el desarrollo y la justicia social.

Quienes se oponen a una integración soberana y autónoma, basada en la cooperación entre Estados y pueblos y la recuperación de nuestras riquezas y recursos naturales. Quienes preconizan la desregulación, el debilitamiento de los estados y de los derechos de los pueblos a favor del mercado y del poder del dinero tienen en Vargas Llosa un aliado y vocero central. Hoy su maridaje como canciller oficioso de Piñera demuestra que si triunfa la derecha nada bueno puede esperarle a Chile y a sus relaciones internacionales en América Latina y el Caribe.

No a la derecha.

No a la alianza de Piñera-Vargas Llosa en América Latina y el Caribe.

Firman:

Reinaldo Lacámara, Iván Vuskovic, Juan Andrés Lagos, Esteban Silva, María Eugenia Puelma,Gonzalo Rovira, Ronny Núñez, Agueda Sáez, ATTAC Chile, María Lincoleo, Ricardo Solé, Carlos Moya.


miércoles, 6 de enero de 2010

El maridaje Piñera - Vargas Llosa


El hecho de que Mario Vargas Llosa haya decidido acoplarse de lleno a la campaña a favor de Sebastián Piñera define claramente el carácter de la confrontación que deberan dirimir los chilenos en el balotaje presidencial del próximo Domingo 17.

Vargas Llosa es un conocido activista derechista y reaccionario, que participa en un bloque regional apoyado por el lobby anticubano y los sectores más regresivos de la derecha norteamericana, y por José María Aznar y sus adláteres de estas latitudes, que se han propuesto revertir el curso hacia la izquierda y hacia una auténtica integración de la América Latina y Caribeña.

Niko Schvarz

Ahora han tomado como blanco a Chile en su decisiva instancia electoral. El maridaje se concretará el 8 de enero en Santiago de Chile. El recién constituido "Comando de Izquierda por más Democracia: la derecha NO" reaccionó de inmediato publicando un comunicado firmado por Esteban Silva Cuadra, ex director de la campaña presidencial de Jorge Arrate, en nombre de los socialistas allendistas, en el que expresa: "A la diferencia de otros, el socialismo allendista y la izquierda chilena no se pierden ni se equivocan en esta disputa y sobre lo que se encuentra en juego. Digamos No a la derecha en Chile. Digamos No a la alianza de los Piñera-Vargas Llosa en América Latina y el Caribe".

El mencionado Comando fue lanzado en un acto realizado el 2 de enero en el Parque Forestal de Santiago, frente al Museo de Bellas Artes, por los partidos y movimientos que participaron en la campaña presidencial de la izquierda encabezada por Jorge Arrate. Cumpliendo el acuerdo suscrito por estas fuerzas con la dirección central de la campaña de la Concertación por la candidatura de Eduardo Frei, plasmado en 12 puntos programáticos (véase nuestra nota del 28 de diciembre "La izquierda y el comando Frei"), dicho comando realizará una campaña independiente y descentralizada, pero en coordinación con la central, lo que ya se ha puesto en marcha en diversas localidades desde fines del año pasado.

Hablaron en el acto el propio Arrate, los diputados electos Guillermo Teillier y Lautaro Carmona (dirigentes del PCCH), Bernarda Pérez de la Izquierda Cristiana, Manuel Guerrero de la Nueva Izquierda, Esteban Silva del Frente Amplio, la concejala por Santiago, Claudia Pascual y el representante metropolitano Manuel Hernández. El ex candidato presidencial Arrate explicó que "nuestro compromiso durante la campaña fue siempre levantar las ideas de izquierda, luchar por perforar el muro de la exclusión y cerrarle el camino a la derecha. Estamos cumpliendo ese compromiso. Nosotros, más allá de nuestras diferencias, claramente establecidas en programa distintos, entre la candidatura de Eduardo Frei y la nuestra, creemos que nos da más garantías de democracia y de mejores condiciones para luchar en el próximo período por las demandas ciudadanas, un gobierno encabezado por Frei que un gobierno de derecha. Nosotros vamos a votar el 17 de enero por Eduardo Frei".

En la Declaración pública del Comando, leída en el acto reseñado y difundida en todo el país, se señala en forma pormenorizada el retroceso en toda la línea que significaría un gobierno de la derecha: en los campos de la educación, de la salud, de la previsión social, de los derechos laborales, de la participación ciudadana, de los derechos sexuales y reproductivos, de los Derechos Humanos, así como mayores beneficios para la gran empresa y el capital financiero, y menor apoyo a la pequeña y mediana empresa. Expresa como síntesis que "a Piñera el pueblo lo recuerda como un defensor entusiasta de Pinochet, bajo cuya dictadura hizo su fortuna en base a la especulación y el desfalco". Le contrapone los 12 puntos del compromiso entre Frei y la izquierda, como una señal positiva para iniciar un nuevo ciclo en la política chilena.

Hay en este manifiesto fundacional un punto realmente esencial, que puede aportar al deslinde de las posiciones para contribuir conjuntamente a la derrota de la derecha. Es el siguiente: "Compartimos el enojo, convicción y apuesta distinta de quienes no votaron por el candidato de la Concertación en primera vuelta, pero los invitamos a asumir con responsabilidad su voto en esta encrucijada histórica, para impedir que la derecha agregue al poder económico y mediático que ya posee, el poder político". Con esta precisión: "Cuando decimos La Derecha NO, lo que nos mueve es un principio de realidad básico: sabemos que los costos de un gobierno empresarial como el que representa Sebastián Piñera serán principalmente cargados a la cuenta de los más desprotegidos, las mujeres, las minorías sexuales, los estudiantes, los pueblos originarios y los trabajadores". Ojalá todos entiendan que éste es el verdadero parteaguas, el auténtico punto de definición.

sábado, 2 de enero de 2010

Por más democracia y justicia social: ¡¡La derecha NO!!.Digamos No a la alianza Piñera-Vargas Llosa en América Latina


El próximo 8 de enero en Santiago de Chile el candidato conservador de la derecha chilena Sebastian Piñera recibe el apoyo activo de Mario Vargas Llosa, conocido activista derechista y reaccionario, quién disfrazado de intelectual liberal encabeza un conocido bloque regional (apoyado por el lobby anticubano, por Aznar y sus amigos del norte) en contra de las fuerzas de avanzada y de izquierda latinoamericanas y en contra de la integración bolivariana y soberana en América Latina y el Caribe.

A la diferencia de otros, el socialismo allendista y la izquierda chilena no se pierden ni se equivocan en esta disputa y sobre lo que se encuentra en juego.

Digamos no a la derecha en Chile.

Digamos No a la alianza de los Piñera-Vargas Llosa en América Latina y el Caribe.
Esteban Silva Cuadra Dirección Nacional Socialistas Allendistas de Chile Ex Director Ejecutivo Campaña Presidencial de Jorge Arrate

Declaración Pública

Por más democracia y justicia social: ¡¡La derecha NO!!

Ante al escenario de segunda vuelta que se ha abierto y asumiendo la responsabilidad que a todos y todas nos cabe en evitar un triunfo de la derecha, hemos constituido el Comando de Izquierda Por Más Democracia: La Derecha NO.

Hoy se requiere con urgencia superar el estancamiento y aislamiento al que las élites han llevado a las fuerzas democráticas, enajenando al pueblo, a la ciudadanía y sus organizaciones el derecho a definir los rumbos políticos por los que desea caminar y avanzar en busca de su futuro. Compartimos el enojo, convicción y apuesta distinta de quienes no votaron por el candidato de la Concertación en primera vuelta, pero los invitamos a asumir con responsabilidad su voto en esta encrucijada histórica, para impedir que la derecha agregue al poder económico y mediático que ya posee, el poder político.

Cuando decimos La Derecha NO, lo que nos mueve es un principio de realidad básico: sabemos que los costos de un gobierno empresarial como el que representa Sebastián Piñera serán principalmente cargados a la cuenta de los más desprotegidos, las mujeres, las minorías sexuales, los estudiantes, los pueblos originarios y los trabajadores.

Una victoria de la derecha significaría:

- Profundizar los negocios de la educación, de la salud, de la previsión.

- Menos reconocimiento de los derechos laborales, más flexibilidad laboral, más explotación.

- Mayores beneficios para la gran empresa y el capital financiero, menos apoyo a la pequeña y la mediana empresa.

- Más represión y el debilitamiento de los pocos controles civiles que limitan actualmente la acción policial.

- Un candado para avanzar en una agenda pro participación ciudadana, que contemple la Iniciativa Popular de Ley y la ampliación de las instituciones de democracia semi directa, como el referéndum o plebiscito.

- Un retroceso para los derechos sexuales y reproductivos así como en materias ligadas a los juicios por violaciones a los derechos humanos, en que se impondrían los mandatos de los sectores más fundamentalistas de la UDI y Renovación Nacional.

A Piñera el pueblo chileno lo recuerda como un defensor entusiasta de Pinochet bajo cuya dictadura hizo su fortuna en base a la especulación y el desfalco.

Ningún gobierno de derecha en América Latina y el mundo ha sido o es bueno para la gente, para las mayorías.

Como izquierda estamos por más democracia, justicia social y desarrollo sustentable. Queremos avanzar. Creemos necesario generar cambios estructurales en un sistema que por tantos años ha coartado a los chilenos y chilenas. Lograr tener una Nueva Constitución; terminar con el sistema binominal; nacionalizar el agua; renacionalizar el cobre; realizar una profunda reforma tributaria y terminar con la usura de las tarjetas de crédito; tener una educación y salud pública de calidad; construir un sistema previsional público basado en la contribución solidaria y eliminar el 7% que se descuenta de la pensión a los jubilados para la salud; favorecer el pluralismo en la publicidad de los organismos del Estado de manera que ayude al financiamiento de los diversos medios de comunicación de carácter nacional, regional, comunal y digital; terminar con la ley de amnistía y poner fin a la militarización de la Araucanía, entre otros temas.

Creemos en la justeza de estos objetivos y es por razón de ellos que pondremos lo que esté de nuestra parte para enfrentar también en las urnas a la derecha. Que el mega empresario Piñera acceda al Ejecutivo sería un retroceso histórico para Chile y una amenaza para los procesos democráticos y populares que, por diferentes caminos, se están produciendo en Ecuador, Venezuela, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina.

Los 12 compromisos contraídos por el Comando de Eduardo Frei con la Izquierda y su candidato presidencial, Jorge Arrate, son una señal positiva para iniciar un nuevo ciclo en la política chilena, en cuyo centro estén los intereses de la ciudadanía y la democratización de la sociedad, poniendo freno a la depredación neoliberal y al abuso contra los más desprotegidos.

Aunque no somos ni seremos parte de la Concertación, nuestro llamado es a votar contra la derecha votando por Eduardo Frei, a quien exigiremos el cumplimiento de los 12 compromisos. Además continuaremos luchando en el sindicato, la municipalidad, la universidad, el comité de allegados, el lof mapuche, el liceo y ahora también desde el Congreso por más democracia, justicia social y desarrollo sustentable.

Convocamos al pueblo de izquierda y progresista a la conformación de Comandos de Izquierda Por Más Democracia La Derecha NO a nivel local, para que en los distintos ámbitos de actividad y territorios movilicemos voluntades en torno a esta tarea de cerrarle el paso a la derecha; instalar los 12 compromisos y, luego de realizada la segunda vuelta, demandar en forma activa su cumplimiento. Seguiremos avanzando hacia la unidad en la acción de quienes creemos que un Chile no neoliberal, más justo, digno, solidario y democrático es necesario y posible.

Comando de Izquierda Por Más Democracia La Derecha NO.

Jorge Arrate, Guillermo Tellier, Lautaro Carmona, Juan Andrés Lagos, Hugo Gutiérrez, Claudia Pascual; Rubén Andino, Gabriela Pantoja, Mario Medina; Alvaro Cabrera, Manuel Guerrero, Francisco Carreras; Manuel Jacques, Roberto Celedón, Claudio Narea, Alvaro Ramis, Bernarda Pérez; Coral Pey, Dante Donoso, Alejandro Nuñez; Esteban Silva, Carlos Moya, Ana María Bussi.

Santiago, 2 de enero, 2010