En la mañana del 11 de septiembre de 1973, los acontecimientos se sucedieron de manera relámpago. Una vez que Allende recibió el primer parte sobre la sublevación de los uniformados, se dirigió a La Moneda, cuando aún el palacio era custodiado por la policía de Carabineros.
Tras conocerse el primer comunicado de la Junta Militar, esa fuerza comenzó a retirarse, hasta dejar desprotegida La Moneda, solo defendida por el Presidente, su guardia personal, miembros de su gobierno y otro personal de la casa ejecutiva.
Cerca del mediodía, Allende pronunció a través de Radio Magallanes su último mensaje al país, en el cual expresaba la decisión de combatir hasta el final en defensa de la constitucionalidad.
Poco después, aviones Hawker Hunter de la Fuerza Aérea de Chile comenzaron a lanzar cohetes contra la mansión presidencial, cuyos defensores, en combate desigual, no pudieron resistir la embestida de las fuerzas armadas, al mando del general Pinochet.
Allende fue encontrado muerto en el interior de la Moneda, junto a su fusil, un regalo del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro.
Años después de la asonada golpista, cuando el asesor de Seguridad Nacional del presidente estadounidense Richard Nixon, Henry Kissinger, conoció en 1970 la victoria de Allende, expresó: “No veo por qué tenemos necesidad de estar parados y ver un país ir al comunismo por la irresponsabilidad de su propio pueblo”.
De acuerdo con el segundo informe de la Comisión Valech, entregado en agosto de 2011 al presidente Piñera, las víctimas de la dictadura de Pinochet suman más de 40 mil, entre ellas más de tres mil muertos.
En declaraciones ofrecidas a La Radio del Sur, Pablo Sepulveda Allende, nieto de Salvador Allende aseguró que “El 11 de septiembre de 1973, marcó el inicio de una época terrible, la parte mas oscura en toda la historia de Chile, donde el terrorismo de estado impuso a sangre, fuego, tortura su política económica para mantener los privilegios de la oligarquía, porque se estaba dando en chile un proceso de independencia económica”.
“Chile en su momento fue una referencia inédita en la construcción del socialismo, y la conquistas sociales por una vía pacifica y propia, esa serie de hechos marcaron el camino para todos estos cambios revolucionarios que se están dando en el mundo y donde Venezuela es la bandera con la llegada del presidente Chávez” dijo.
Este 11 de septiembre agrupaciones estudiantiles, sindicales, académicas y otras organizaciones sociales rinden homenaje a las víctimas del golpe de Estado que hace 39 años derrocó al presidente Salvador Allende, y estableció la dictadura de Augusto Pinochet.
Las actividades de recordación incluyen actos ante el monumento al presidente Allende, ubicado frente al Palacio de la Moneda, que el 11 de septiembre de 1973 fuera atacado por efectivos del Ejército y bombardeado por la Fuerza Aérea para echar abajo al gobierno de la Unidad Popular.
Además, la Universidad de Santiago convocó a la comunidad universitaria a conmemorar los hechos, en recordación de los 62 muertos de esa casa de estudios durante los sucesos, entre ellos el cantautor Victor Jara.
La principal conmemoración se realizó el domingo último, en una marcha en la que participaron miles de personas, y que concluyó frente al Cementerio General, en las inmediaciones del memorial de los detenidos desaparecidos y los ejecutados políticos.
El gobierno de Sebastián Piñera, dijo que no estaban contempladas actividades oficiales de recordación.
De acuerdo con el segundo informe de la Comisión Valech, entregado en agosto de 2011 al presidente Piñera, las víctimas de la dictadura de Pinochet suman más de 40 mil, de ellas más de tres mil muertos.
Adjunto a esta nota escuche la entrevista realizada a Pablo Sepulveda Allende, nieto de Salvador Allende, en el programa Mientras Tanto y por si Acaso, transmitido por La Radio del Sur.
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