Durante los últimos veinte y dos años Chile ha vivido políticamente en un duopolio de dos derechas. Esta cohabitación neoliberal consagrada por el sistema binominal es tan clara que en la vida cotidiana de los chilenos no se produjeron cambios perceptibles en este gobierno de Piñera en relación a los de la concertación.
Unos y otros han privatizado las aguas, han permitido que nuestro cobre se desnacionalice y nuestras inmensas riquezas mineras se las lleven de regalo, han permanecido indiferentes y/o cómplices de los abusos del retail, de las telefónicas, eléctricas, bancos, instituciones financieras y de las Isapres y AFPs. Unos y otros han encarcelado y reprimido al pueblo mapuche. Las dos derechas han sido incapaces de resolver el gigantesco estropicio de Transantiago, que no sólo presta un pésimo servicio sino que además se constituye en una colosal sangría al erario nacional. El neoliberalismo que inspira y domina en la elite política chilena en su conjunto es ya un dato de la causa. En ocasiones la concertación queda a la derecha de Piñera como cuando el ex ministro de Hacienda de Bachelet, Andrés Velasco criticó el quitarle la carga del 7% de salud a los jubilados.
Han compartido incluso la mezquindad de lucrar con el erario nacional fijándose dietas y asignaciones que permiten a los senadores ganar 15 millones mensuales y al presidente de la corporación 30 millones a lo cual se suma la auto asignación de otros dos millones mensuales para “difusión de actividades en terreno.” Unos y otros comparten en lo esencial el modelo educativo de lucro y de mercado, personeros de ambos han lucrado hasta el enriquecimiento con este derecho.
Votar por unos o por otros da lo mismo. Una soberana pérdida de tiempo para quien quiera un país distinto. Hay voces muy legítimas en los movimientos sociales y en la izquierda que llaman abstenerse. Sin embargo, esos compañeros deberían considerar que hay elementos nuevos que considerar a la hora del análisis.
En los últimos 20 años fue necesario crear una alternativa a las dos derechas, pero las condiciones se dieron siempre desfavorables. El modelo prometía que la equidad en algún momento llegaría, no olvidemos “el crecer con equidad” de Lagos, la esperanzas que despertó Bachelet.
Hoy se ha modificado sustantivamente la percepción de los ciudadanos sobre la clase política y el modelo neoliberal. Hay dos ideas ya instaladas, primero; la clase política gobierna en beneficio propio sin consideración a los ciudadanos, segundo; el modelo neoliberal es este, tal y como esta, para el beneficio de unos pocos y el perjuicio de la inmensa mayoría.
Es posible crear una alternativa o simplemente estamos irremediablemente perdidos?. No votar ayuda a la segunda de las conclusiones.
El 54% de los chilenos considera que hay que cambiar a su actual alcalde. Si ellos no votan el inmenso poder municipal se repartirá entre las dos derechas que según todas las encuestan solo reciben la aprobación de alrededor de un 20% cada una. No votar, podría ayudar aún sin quererlo a sujetos de la calaña del ex agente de la DINA Cristián Labbé.
Estamos haciendo enormes esfuerzos para construir una tercera fórmula electoral, un Frente Amplio antineoliberal y descentralizador que en las municipales se confronte con el neoliberalismo alternativo a la derecha y a la concertación para ello estamos confluyendo el socialismo allendista, el PRO, los humanistas, regionalistas, ecologistas, organizaciones mapuches, movimientos sociales, sectores de izquierda e independientes, este frente antineoliberal está abierto a todos. Con distintos matices e intensidades ninguno de estos sectores comparte el recetario neoliberal y la cohabitación duopólica.
Hoy los estudiantes y las regiones se movilizan por Chile la batalla municipal debemos transformarla en un complemento de esa movilización. Intentaremos dar la batalla municipal en todo Chile, para ganar municipalidades, pero para que también se anuncie que vamos a proponer en su momento una alternativa presidencial no para el lucro de una nueva camarilla sino para una Asamblea Constituyente, para renacionalizar el cobre, hacer de la salud y la educación un derecho y poner atajo a los abusos de un capitalismo salvaje, entre tantas otras cosas.
En esto estamos, para ello pediremos el voto de los chilenos.
Esteban Silva Cuadra,
Presidente Comité Ejecutivo del Socialismo Allendista.
Artículo publicado en la revista Punto Final.
Edición del 27 al 10 de mayo de 2012
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