El presidenciable de la izquierda comprometió el reajuste del salario mínimo hasta llegar a 250 mil pesos y aseveró que para la oposición, los temas laborales son “tabú”.
Autor: Por Ramón Badillo A./La Nación
"Para la derecha mejorar los derechos laborales es un tema tabú". Así de tajante fue el candidato presidencial del Juntos Podemos-Frente Amplio, Jorge Arrate, al reunirse con el presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic.
Es que la agenda laboral marcará la agenda del abanderado de la izquierda y, por ello, ayer no dudó en señalar que la situación económica ha sido utilizada por la derecha para evitar discutir modificaciones a las leyes laborales.
"Creo que el oportunismo es porque nunca hay condiciones para presentar una reforma laboral", aseveró en alusión a los argumentos planteados por la oposición para no discutir iniciativas legales en este sentido.
En esta línea, Arrate agregó que "a veces (se niegan a discutir), porque estamos en crisis, después porque estamos saliendo de la crisis, luego porque estamos tan bien que es mejor no tocar nada y seguir igual".
"Nunca para la derecha será oportuno que se presente un proyecto de reforma laboral, así ha sido siempre", indicó el presidenciable y recordó que cuando fue ministro del Trabajo elaboró una normativa que ni siquiera se alcanzó a discutir.
A su juicio, "para la derecha mejorar los derechos laborales es un tema tabú. No se puede hablar de eso en Chile" y quien lo plantee "es descalificado de alguna forma".
"Chile -aseveró- se caracteriza por el abuso" de los empleadores con sus trabajadores y, por ello, aseguró que "todo proyecto que tienda a mejorar y reconocer derechos como sindicalizarse y negociar colectivamente, tendrá nuestro apoyo".
Pero fue más allá y se comprometió a "subir gradualmente y en un porcentaje real, cada año el sueldo mínimo" hasta llegar a la meta del sueldo ético fijado en 250 mil pesos.
De esta forma, Arrate recogió la propuesta que sobre la materia realizó Goic en 2007, aunque precisó que en otros temas, como los valóricos, "no tenemos coincidencia" con la Iglesia.
En este escenario, el abanderado de la izquierda propuso crear una "pensión mínima ética", que sería equivalente a una sueldo mínimo y que se costearía, en su eventual gobierno suyo, con una "reforma tributaria a las grandes empresas" y un aumento en las contribuciones que realizan al fisco "las principales empresa privadas extractoras de cobre".
Con esta modificación al estatuto tributario del cobre, Arrate sostuvo que se debe poner en el centro del debate la renacionalización del metal rojo, principal fuente de ingresos para el Estado, asunto que -advirtió- no está presente en la campaña presidencial.
Consciente de la relevancia del asunto, explicó que se debe "terminar con las regalías arancelarias a las transnacionales cupríferas". Por ello, su candidatura promueve una "nacionalización de la gran minería del cobre" y la creación de una industrialización del metal en el país, antes de ser vendido como materia prima.
Además, planteó la necesidad de impulsar la producción nacional de maquinaria e insumos para la minería y cambiar el rol de Enami, para favorecer a la mediana y pequeña minería con la construcción de una nueva refinería en el norte del país.
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